Hartos de las pobres y malas palabras, pero sin perder el hábito de la carcajada. La palabra mimada o la mala palabra, ustedes deciden.
viernes, 31 de julio de 2009
ALERTA: Micheletti amenaza con cancelar la visa a los diplomáticos de EUA
martes, 28 de julio de 2009
Buenas nuevas sobre el Premio mimalapalabra
-Podrán participar autores de cualquier edad y nacionalidad con relatos originales e inéditos de un máximo de dos cuartillas a doble espacio, letra Garamond 12 puntos, que aborde la temática del golpe de Estado del 28 de junio en Honduras o los acontecimientos derivados de éste.-Cada autor podrá enviar máximo dos relatos al correo electrónico mimalapalabra@gmail.com. El procedimiento será el siguiente: el autor enviará, en un solo correo electrónico, dos archivos adjuntos: uno que contenga el o los cuentos participantes y el otro en donde consigne la siguiente información: Nombre y apellido, Seudónimo, Título del cuento o los cuentos, Correo electrónico, Teléfonos de contacto y Una nota biobibliográfica de no más de cinco líneas.-El premio es único e indivisible y no podrá declararse desierto.-El jurado estará compuesto por Carlos Rodríguez, Gustavo Campos y Giovanni Rodríguez, autores del blog mimalapalabra.-El relato ganador y los cinco (o más) finalistas serán publicados en el blog mimalapalabra con una periodicidad diaria a partir de la fecha en que se haga público el fallo.-El fallo será inapelable y se comunicará públicamente en una fecha aún por determinar.-El concurso, y por lo tanto la recepción de originales, estará vigente mientras dure el circo del golpe de Estado.
lunes, 27 de julio de 2009
I Premio de relato corto mimalapalabra 2009
Hola, gente, ¿están un poco estresados con tanta mierda golpista? Nosotros también. Por eso se nos ha ocurrido crear este I Premio de relato corto mimalapalabra 2009. Aún no hemos confirmado tres cosas importantísimas: la fecha del fallo, la fecha de la entrega del premio y la dotación del mismo, pero no se preocupen, como no queríamos demorar más la puesta en marcha del concurso, decidimos hoy publicar las bases e ir animándolos a participar. Por ahora, sólo las bases, pero a medida que la cosa avance iremos ofreciendo noticias relacionadas con el premio: logros (o fracasos) con los posibles patrocinadores, los seudónimos y los cuentos de los participantes que vayan llegando y cualquier otra papada que se nos ocurra para que ya no nos duela tanto la cabeza con este asunto gorila.
Bases
sábado, 25 de julio de 2009
Parte del agente Olivo Joya Green
Alfredo Xalli nos envía esta carta escrita por un agente de la Policía Nacional cuyo nom de guerre remite precisamente al "noble amante de Julieta" de la dedicatoria. Con esta publicación iniciamos la promoción de un premio al mejor relato corto sobre los acontecimientos relacionados con el golpe de Estado del 28 de junio. En breve estaremos publicando las bases del premio, que tendrá como compensación una de las novelas de Roberto Bolaño (o quizá más), según la suma de los "chinchuntes" de la caja chica de mimalapalabra. También confirmaremos si las librerías sampedranas aceptan patrocinar esta iniciativa. De momento, los invitamos a preparar su relato corto (no más de dos cuartillas a doble espacio en letra Garamond 12 puntos) y enviárnoslo en cuanto esté listo a una dirección de correo electrónico que habilitaremos para la ocasión.
Las dos caras de la moneda
En los últimos días Helen Umaña ha publicado algunos artículos en los que manifiesta valientemente su postura en este asunto golpista. Y es que ante asuntos tan serios, quien guarda silencio inspira desconfianza. Estos tiempos nos servirán, entre otras cosas, para profundizar nuestro respeto o nuestro desprecio por las personas que han participado activamente, de uno u otro lado, en este segmento importante de nuestra historia. Esta vez Helen dirige sus palabras a la puta Iglesia pero recuerda a algunos de sus representantes que, como el sacerdote Fausto Milla en Honduras, se mantiene del lado de la justicia y la dignidad.
En 1954 tenía doce años y los domingos asistía a la iglesia parroquial de Esquipulas. Durante los servicios religiosos, el sacerdote, en lugar de leer e interpretar la Biblia, leía las «Cartas Pastorales» del Arzobispo Mariano Rosell y Arellano, jerarca de la Iglesia católica guatemalteca. Era pequeña y no captaba el significado total de las epístolas. Pero recuerdo que me hicieron creer que el comunismo y las reformas sociales implementadas por los presidentes Juan José Arévalo y Jacobo Árbenz (reforma agraria, código de trabajo, seguro social….) eran cosas satánicas. Años después supe que, durante un tiempo, la radio antirrevolucionaria, que al principio transmitía desde Honduras, funcionó en las torres del majestuoso templo que —imponente— domina el paisaje.
Los estudios sociológicos, históricos y políticos señalan que la ilegítima acción contra el gobierno constitucional de Árbenz (que se recuerda con el nombre de «La primavera democrática») fue el momento durante el cual se sembró la semilla de la discordia que, en cuarenta años de guerra intestina, desangró a la república hermana. Según informes de las comisiones de investigación, las víctimas (muertes, desapariciones, huérfanos de guerra, exilios…), llegan a la escalofriante suma del millón y medio de seres humanos. Una factura que todavía pesa sobre la postura oficial de la iglesia mayoritaria en ese país.
Volviendo a mis recuerdos personales, fueron los años, el estudio y mi valoración de la realidad los que me enseñaron a comprender que la religión se había puesto al servicio de la CIA, de la todopoderosa United Fruit Company y de la oligarquía guatemalteca. Por ésta y otras razones renegué de la religión católica y de cualquier otra institución confesional.
Pero, en la década del ochenta, me indignó (y dolió) la muerte de varios sacerdotes a los que se acusaba de subversivos. Sólo de 1980-1983 el número se elevó a doce. Entre otros, Hermógenes López, actualmente aceptado como «Venerable» y cuya beatificación ya está en marcha en el Vaticano y monseñor Juan Gerardi, asesinado dos días después de publicar un escalofriante informe de cinco o seis tomos en el que se registran, con nombres, fechas y circunstancias, los casos de represión. A religiosos como los anteriores, se suma monseñor Arnulfo Romero, asesinado cuando acababa de pronunciar su famoso llamado al ejército ordenándole que detuviese la masacre contra el pueblo salvadoreño.
Ellos me reconciliaron con el cristianismo, entendido como la humanísima doctrina cuyo punto máximo se concreta en aquellas palabras de “Dichosos los que tienen hambre y sed de justicia…”. Murieron, justamente, porque esa hambre y esa sed de justicia no se quedó en un cómodo recitado teórico dentro de los templos. Fue la consigna que guió su práctica diaria y nunca simplificaron el mensaje evangélico haciendo creer que la mansedumbre, la paciencia y la aceptación de la pobreza eran el pase hacia un más allá —ese anhelado cielo— en donde encontrarían la felicidad. Supieron y predicaron que la auténtica paz pasaba, necesariamente, por la conquista de una vida sin la zozobra cotidiana de carecer de lo elemental cotidiano: pan, vivienda, salud…
En la actual crisis política, la posición oficial de la Iglesia católica hondureña (su jerarca recibía, por disposición del presidente Carlos Flores Facussé, emolumentos de cien mil lempiras mensuales que salieron de la bolsa de todos los hondureños) es tan interesada y manipuladora como lo fueron las nefastas cartas de Rosell y Arellano. Pero tal como ocurrió en el cercano pasado, frente a esa postura, se alza la labor de otros sacerdotes cuyos actos responden a una aplicación honesta de las grandes encíclicas papales como la «Mater et Magistra» del recordado Juan XXIII. Uno de ellos es el padre Fausto Milla, actualmente amenazado por haber externado su profundo rechazo al golpe de Estado.
Padre Milla: no le puedo decir nada que usted no sepa. Pero sí quiero ratificarle públicamente mi cariño, respeto y solidaridad. Además me reconforta pensar que no estoy sola en el afecto. Miles y miles de compatriotas no sólo le debemos una mejor salud (nos ha enseñado a rechazar la comida chatarra y hemos vuelto a la comida natural leyendo sus sabias páginas). Estamos en deuda porque denunció que, en ambas márgenes del río Sumpul, dos ejércitos acribillaron a 400 salvadoreños que huían del terror desatado en su país. Estamos en deuda por la persecución y el exilio a que se le sometió en la década del ochenta. Pero, sobre todo, porque los años no han mellado la firmeza de sus sentimientos. Hoy como ayer usted y otros sacerdotes encarnan las imperecederas palabras del Sermón de la Montaña…
San Pedro Sula, 20 de julio de 2009
Tomado de www.tiempo.hn
viernes, 24 de julio de 2009
martes, 21 de julio de 2009
Honduras: país de ficción
Por Giovanni Rodríguez
lunes, 20 de julio de 2009
La guitarra y el asno, fábula del verde bosque
A continuación Fabricio Estrada dirigiendo unas palabras cariñosas a dos sujetos de esos que nuestra pobre y puta patria, por su ignorancia y su mal gusto, convierte en héroes cada dos por tres. Por favor léase con la mano puesta sobre la Biblia... del burro y con la música de fondo de Crí Crí.
sábado, 18 de julio de 2009
Una temporada de parodias
Noam Chomsky, es un lingüista, filósofo y analista político estadunidense. El intelectual vivo más citado y figura emblemática de la resistencia antiimperialista mundial, es profesor emérito de lingüística en el Instituto de Tecnología de Massachusetts en Cambridge y autor del libro Imperial Ambitions: Conversations on the Post-9/11 World.
En el siguiente artículo se toma la molestia de opinar sobre nuestro país hondureño, demos gracias a Dios o a Godot que haya dedicado unas líneas a la crisis nacional acontecida por el Golpe de Estado del 28 de junio de 2009.
Noam Chomsky | © Rebelion
Algunos de los recientes episodios que conmovieron el mundo a través de las noticias –las elecciones en Líbano e Irán, el golpe de Estado en Honduras– han generado reacciones sobre las que vale la pena detenerse. Incluso, la falta de reacción frente a otros casos, como el secuestro de una embarcación por parte de Israel, también tiene mucho que decir.
Las elecciones en Líbano e Irán y el golpe de Estado en Honduras son importantes no sólo inherentemente sino también por las reacciones internacionales que han suscitado. La ausencia de reacción ante un acto de piratería israelí en el Mediterráneo es un pie de página...
El Líbano. Las elecciones del 7 de junio en el Líbano fueron recibidas con euforia por la corriente principal de opinión pública.
"Me encantan las elecciones libres y justas", escribió el 10 de junio el columnista del New York Times Thomas Friedman–. "En Líbano, fue algo genuino, y los resultados fueron fascinantes: el presidente Barack Obama derrotó al presidente iraní Mahmud Ahmadinejad”, apuntó.
Crucialmente, "una sólida mayoría de todos los libaneses –musulmanes, cristianos y drusos– votó por la coalición del 14 de Marzo encabezada por Saad Hariri", candidato respaldado por Estados Unidos e hijo del asesinado ex primer ministro Rafik Hariri.
Debemos dar crédito a quien se lo merece por este triunfo de elecciones libres (y de Washington): "Si George Bush no se hubiera enfrentado a los sirios en 2005 –forzándolos a salir del Líbano después del asesinato de Hariri– estas elecciones libres no hubieran sucedido", escribió Friedman. "Bush creó el espacio (durante su discurso en El Cairo), Obama ayudó a avivar la esperanza", precisó.
Dos días después, los puntos de vista de Friedman tuvieron eco en una columna de opinión del Times escrita por Elliot Abrams, reconocido integrante del Consejo de Relaciones Exteriores de Estados Unidos que anteriormente fue funcionario de alto rango en las administraciones de los presidentes Ronald Reagan y George Bush hijo: "La votación en el Líbano pasó cualquier prueba realista (...). Los libaneses tuvieron la oportunidad de votar contra Hizbollah y la aprovecharon”.
Cualquier "prueba realista", no obstante, podría incluir la votación real. La coalición 8 de Marzo, basada en Hizbollah, ganó aproximadamente con la misma proporción que Obama contra McCain en noviembre, con cerca del 54 por ciento del voto popular, según cifras del Ministerio del Interior libanés.
Por consiguiente, según el argumento Friedman-Abrams, deberíamos estar lamentando la victoria de Ahmadinejad sobre Obama.
Al igual que otros, Friedman y Abrams se están refiriendo a los representantes del Parlamento. Estas cifras son tergiversadas por el sistema de votación confesional de Líbano, que reduce drásticamente el número de asientos otorgados a la más grande de las sectas, los chiítas, que respaldan abrumadoramente a Hizbollah y a su aliado Amal.
Sin embargo, como lo han señalado algunos analistas de los más serios, las reglas fundamentales "confesionales" de Líbano afectan negativamente "las elecciones libres y justas" en formas aún más importantes. El analista político Assaf Kfoury observa que las reglas fundamentales no dejan espacio para los partidos no sectarios y erigen una barrera que evita la introducción de políticas socioeconómicas y otros temas reales en el sistema electoral.
Para Kfoury, esas reglas abren la puerta a "interferencia externa masiva", menor participación de votantes y "manipulación y compra de votos", todo ello peculiaridades de las elecciones de junio, aún más que antes.
Por tanto, en Beirut, la capital que alberga a casi la mitad de la población del Líbano, menos de una cuarta parte de los votantes elegibles pudo votar sin regresar a sus normalmente remotos distritos de origen. El efecto es que los trabajadores migrantes y las clases más pobres efectivamente son privados de sus derechos civiles en "una forma extremadamente injusta, al estilo libanés", favoreciendo las clases privilegiadas y pro occidentales.
Irán. Al igual que el Líbano, el propio sistema electoral de Irán viola derechos básicos. Los candidatos deben ser aprobados por clérigos gobernantes, facultados para prohibir políticas con las que discrepan, y de hecho lo hacen.
Los resultados electorales del Ministerio del Interior de Irán carecieron de credibilidad tanto por la forma en que fueron publicados como por el mismo resultado, disparando una enorme protesta popular brutalmente reprimida por las fuerzas armadas de los clérigos gobernantes. Tal vez Ahmadinejad pudo haber ganado la mayoría si los votos hubieran sido contabilizados justamente, pero los gobernantes aparentemente no estaban dispuestos a arriesgarse.
Desde las calles de Teherán, la corresponsal Reese Erlich escribió: "Es un genuino movimiento de masas iraní integrado por estudiantes, trabajadores, mujeres y gente de clase media" y, posiblemente, la mayoría de la población rural.
Eric Hooglund, catedrático y experto en Irán rural, describe un respaldo "abrumador" para el candidato opositor Mir Husein Musavi entre la gente de las regiones que ha estudiado, y un "ultraje moral palpable por lo que llegó a creerse como el robo de su elección".
Es altamente improbable que las protestas dañen al régimen clerical-militar a corto plazo pero, como observa Erlich, "está sembrando las semillas para luchas futuras".
Israel-Palestina. No deberíamos olvidar unas elecciones auténticamente "libres y justas" realizadas recientemente en Oriente Medio –en Palestina, en enero de 2006, ante las que Estados Unidos y sus aliados respondieron castigando a la población que votó "equivocadamente"–.
Israel impuso sitio a Gaza y, el invierno pasado, atacó sin misericordia.
Apoyándose en la impunidad que recibe como cliente de Estados Unidos, Israel ha reforzado una vez más su bloqueo secuestrando a Espíritu de Humanidad, embarcación del movimiento Gaza Libre, en aguas internacionales, y forzándolo a atracar en el puerto israelí de Ashdod.
La embarcación había salido de Chipre, donde se inspeccionó el cargamento: medicinas, materiales de reconstrucció n y juguetes. Entre los defensores de derechos humanos a bordo se encontraba la ganadora del Premio Nobel Mairead Maguire y la ex congresista norteamericana Cynthia McKinney.
El crimen a duras penas evocó un bostezo –con cierta justicia, se podría argumentar, dado que durante décadas Israel ha estado secuestrando botes que viajan entre Chipre y Líbano-. Entonces, ¿para qué molestarse en reportar este último ultraje de un Estado bribón y su jefe?
Honduras. Centroamérica también escenifica un crimen relacionado con elecciones. Un golpe militar en Honduras ha depuesto al presidente Manuel Zelaya y lo ha expulsado del país.
El golpe repite lo que el analista en asuntos latinoamericanos Mark Weisbrot llama "una historia recurrente en Latinoamérica" , enfrentando a "un presidente reformista respaldado por sindicatos laborales y organizaciones sociales con una élite política corrupta, mafiosa, gobernada por las drogas, acostumbrada a escoger no sólo la Suprema Corte y el Congreso sino también al presidente.
La corriente principal de opinión pública describe al golpe como un desafortunado regreso a los malos días de hace décadas. Pero eso es equívoco. Se trata del tercer golpe de Estado en la última década, todos ellos conformando la "historia recurrente".
El primero, en Venezuela en 2002, fue respaldado por la administración de Bush que, empero, se retractó luego de agudas críticas latinoamericanas y de la restauración del gobierno elegido a través de manifestaciones populares.
El segundo, en Haití en 2004, se concretó a manos de los torturadores tradicionales del país, Francia y Estados Unidos. El presidente electo, Jean Bertrand Aristide, fue llevado en secreto a África Central.
Lo novedoso del golpe en Honduras es que Washington no lo ha respaldado. En cambio, Estados Unidos se unió a la OEA y se opuso a la toma de poder, aunque vociferó una condena más suave que otros, y no ha actuado al respecto. Contrariamente a lo que han hecho países vecinos, Francia, España e Italia, Estados Unidos no ha retirado su embajador.
Sobrepasa la imaginación que Washington no tuviera conocimiento anticipado de lo que se fraguaba en Honduras, país altamente dependiente de la asistencia estadounidense y cuyo ejército es armado, entrenado y asesorado por Estados Unidos.
Las relaciones militares han sido estrechas desde la década de los '80, cuando Honduras fue base de la guerra terrorista del presidente Reagan contra Nicaragua. Que la "historia recurrente" se repita una vez más depende en gran medida de las reacciones dentro de Estados Unidos.
Fuente: La voz
viernes, 17 de julio de 2009
Al oído de César Indiano
por Víctor Manuel Ramos
Realmente no merece la pena responder a César Indiano. Él siempre ha estado en contra de los que están a favor y a favor de los que están en contra y tiene metido en su cabeza un galimatías que, por su artículo, pienso que empieza a desenredarse ya retratarlo tal cual es. Diagnóstico de médico.
Hace afirmaciones temerarias para quien se ha proclamado adalid de la justicia y dedo justiciero. Y basta leer uno de los párrafos de su llamamiento para entender su telaraña mental. En él justifica, vaya patriota éste, la intervención norteamericana en la década de 1980, que dejó a Honduras persecución, secuestro, tortura y muerte. Eduardo Lanza, era mi alumno en la Escuela de Medicina y Félix Martínez mi compañero en el SITRAUNAH, ninguno de los dos era terrorista. Fueron asesinados ambos gracias a la aplicación de la “doctrina de seguridad nacional” que impuso el sicópata Gustavo Álvarez Martínez y su compinche en la Universidad Oswaldo Ramos Soto, que ahora parecen los santos de Indiano. Y por supuesto hay muchos nombres más que pueden recordarle las madres, hermanos, esposas, hijos y parientes de los desaparecidos. Qué autoridad tiene Indiano para hurgar en las heridas aún abiertas de las madres y parientes de los desaparecidos. Todo este tinglado, con el respaldo del gobierno norteamericano a través del embajador Negroponte, justamente para organizar, desde Honduras, la resistencia en contra del gobierno de Daniel Ortega, convirtiendo al país en base para la agresión en contra de un país vecino y soberano. Sería recomendable que Indiano leyera el libro de Gregorio Selser: Honduras República alquilada, para que se entere de la verdad de las cosas, y, sin ir muy lejos, el libro de Longino Becerra “Las tarántulas atacan”, para que limpie un poco la turbación mental en que está sumergido. Y no estaría de más que lea mis artículos en mi columna Estafeta de esa fatídica época.
Indiano alega que Honduras es ajena a “modelos políticos importados de inspiración marxsista” y se atribuye el mandato, que quien sabe quien se lo adjudicó, de pensar en nombre de todos los hondureños y de hablar las mismas incoherencias de quienes siempre han estado en contra de los cambios y de las transformaciones políticas que se dan en el pensamiento político en la esfera terrestre, y que son los que nos han gobernado desde que Honduras se hizo independiente(¿?) y que son los mismos que asesinaron a Morazán. Las ideas de la transformación política no son del agrado de Indiano. Y tiene que ser así porque en su cabeza solo cabe el fundamentalismo plasmado en su propia biblia, la del asno, e imaginándose él, el profeta destinado a la salvación del mundo, se atreve a asumir que sus gustos ideológicos son coincidentes con los de todos los hondureños.
Lanza su grito al cielo, ¡Ah, la puta política!, distorsionando la historia y justificando lo injustificable cuando proclama a Los Estados Unidos como el campeón, como el chapulín colorado, que vino a detener “los comandos agresivos que intentaban desbaratar nuestra humilde democracia”. Un ex soldado, en mi clínica, aquejado de una severa depresión, me contaba con gran orgullo, como había observado a su jefe, el General Álvarez Martínez, asesinar en persona, con balazos en la cabeza, al Dr. Reyes Mata y al Padre Guadalupe Carney, en un país en donde la pena de muerte está proscrita.
Ahora Indiano hace migas con los dirigentes del golpe militar de Estado, fundamentalmente con el aún no juzgado Billy Joya y todos los militares, retirados y en servicio, que estuvieron al frente de esa horripilante etapa de la historia en Honduras de la que hablé arriba. Él tiene su propia biblia, la del asno, y pareciera que en uno de sus versículos y profecías se lee que los hombres de paz y de bien son menos infatigables que los perturbadores del orden público. Porque para Indiano quienes están, con el apoyo del mundo, en la calle exigiendo justicia, y una mejor suerte para las grandes mayorías, los indios intibucanos curtidos por el sol, los trabajadores, los maestros, los intelectuales, son una minoría bulliciosa. Es seguro que su biblia de malabares le permite contar a quienes están con los golpistas y quienes en contra y en sus contabilidades los golpistas son siete millones de personas calladas que habrán transmitido su sentir y pensar, al gran escritor de novelas y obras teatrales, mediante la magia del espíritu.
Se refiere al Presidente Zelaya como traidor a su pueblo. Aquí el amigo vuelve a estropear su propia visión sacrosanta de la política, porque si realmente ha habido un presidente identificado con el pueblo ha sido Manuel Zelaya Rosales y el golpe militar que le ha extrañado de su país, país en donde está proscrita la expatriación, se ha dado, precisamente, porque quiso abrir las puertas de la esperanza para el pueblo hondureño con las posibilidades de una nueva constitución en que quedara plasmada la legitimidad de que el pueblo sea partícipe de las grandes decisiones nacionales. Habla de que Zelaya gestaba la dictadura y con eso no hace más que repetir, como loro imperialista, para usar palabras de Chávez, las justificaciones de la oligarquía nacional que está empeñada en justificar a como dé lugar sus patrañas para perpetuarse en el poder e impedir que el pueblo decida su propio destino.
El ingenuo novelista no está completamente seguro de que los procedimientos para destituir al Presidente Zelaya hayan sido los correctos, pero se lanza, quijote redivivo, a proclamar su acuerdo “absoluto con el espíritu de las acciones”. Más adelante encontramos la explicación de su inseguridad, porque a aceptación de culpa, relevo de pruebas: está nuestro creador de fantasías “al borde de un ataque de nervios”.
Indiano tiene una venda en los ojos o, sumido como está en su mundo de fantasía novelesca y teatral, no quiere aceptar la realidad, asegura que la inmensa mayoría del pueblo hondureño está en contra de Zelaya, a pesar de que esa mayoría de las fantasías macondeanas de Indiano carece de presencia porque solo existen en su imaginación o vestiditas de camisetas blancas, reunidas como borregos bajo la presión de sus empleadores y de los ministros golpistas.
Indiano, sin embargo, cree que Honduras tiene una dignidad mínima, nada más que la ve del lado de los salteadores del poder. Y si realmente hay dignidad en Honduras esa pertenece a quienes, ya sea en las calles o desde sus casas, resisten con heroísmo a las botas militares y a sus marionetas. Y, sumergido en su mundo surrealista de creador de historias, Indiano hace coro con quienes quieren inventarnos una historia de fantasía y descaro. La misma historia que utilizaron contra Salvador Allende, la misma que les sirvió en Grenada, la mismísima, con los mismos capítulos e intrigas, que condujeron a la invasión de Panamá, la mismísima de que Fidel se come a los niños, con la que pretenden evadir el bulto, echándole la culpa al Presidente Hugo Chávez Frías. Eso lo lleva a hacer un nudo con los golpistas venezolanos que han encontrado en Honduras su paraíso perdido en Venezuela gracias a la decisión de ese pueblo bolivariano de dar un giro diferente a la historia de su país. Claro, eso no es intervencionismo. Si no serán ridículos cuando los reservistas, los que salieron corriendo cuando sonaron las primeras balas de los salvadoreños en la guerra del futbol, ahora se entrenan para repeler la inminente invasión a Honduras por parte de los ejércitos de Bolivia, Ecuador y Venezuela. Vaya fantasía propia de una historia de García Márquez, porque nuestro novelista no llega a tanto.
El chispa Indiano, no sale de su asombro frente a la ingenuidad internacional que unánimemente ha condenado el golpe de Estado en Honduras. Las pobrecitas OEA, ONU, SIECA, Unión Europea, Países no alineados, de acuerdo con su dialéctica, porque la dialéctica existe a pesar de que no le agrada a nuestro amigo, andan más perdidas que el hijo de Limberg, y en igual circunstancia se encuentra el Presidente Obama quien ha condenado el golpe militar. Habría que enviarles un mensaje para que le contraten como asesor, que bien pudiera estar apoyado por el brillante burlón Ortez Colíndres, ascendiente de golpista.
Para Indiano, Zelaya debe arrepentirse, Biblia del Asno en mano, por haber abierto los ojos al pueblo hondureño, por haber permitido que los desposeídos de este país se dieran cuenta de que hay una esperanza que es posible. Por eso, Indiano, en verdad os digo: llegó la hora de desenmascarar a los cobardes que van, como moscas, tras las mieles del poder impuesto por la felonía y la traición de las botas militares. Siga Ud. escribiendo novelas y creándose un mundo de fantasía política. Siga con sus ojos cerrados a la realidad y lance su personalidad al mundo como el vidente que ansía la humanidad para reparar todos sus males. Tome el fusil, unifórmese y salga a reprimir a los revoltosos para que sea congruente con su pensamiento trasnochado. Seguro que tendrá la mejor suerte del mundo. Pero mientras tanto deje que el pueblo hondureño viva la realidad y esa es: que está, de manera heroica, en contra del golpe y por el retorno del Presidente Zelaya.
Queridos autoritarios
Oportuno artículo éste de Juan Gabriel Vásquez, en el que hace un breve recuento de las veces en que la literatura se ha visto favorecida por tipos como Micheletti. Nadie sabe cuánto tiempo pasará, pero de que de este golpe de Estado saldrá alguna novelita podemos estar seguros.
jueves, 16 de julio de 2009
“Honduras es un país fuera del tiempo”
Desde Tokio, donde acaba de fijar residencia, y sin perder ni un centímetro de su conocida rebeldía, con el poder de provocación intacto, Horacio Castellanos Moya contesta en exclusiva para Crítica de la Argentina una docena de interrogantes sobre la situación actual de su patria de nacimiento, Honduras. Sus lectores habituales saben que no deben esperar respuestas políticamente correctas, que está en conflicto con todo tipo de nacionalismo, que abomina del militarismo, que la palabra “demagogia” no figura en su diccionario y que puede llegar a decir cosas como que lo que diferencia a Micheletti de Zelaya es el color de tintura que usan y que lo mejor que puede ocurrir con Honduras es que lo trasladen a África. Con estas prevenciones, he aquí el cuestionario.
–Honduras era un país fuera del tiempo, nunca había tenido un papel protagónico en la historia mundial. Los políticos hondureños estaban acostumbrados a dar golpes de Estado sin que nadie en el exterior les pidiera cuentas de ello. El país se llama Honduras precisamente porque está en lo hondo, donde lo contemporáneo apenas llega y con mucha dificultad. No se extrañe, pues, de nada.
–No sé. Yo ahora vivo en Tokio, Japón.
–Ninguna. Pero seguramente es como la mayoría de los políticos hondureños: zamarro y zopenco.
–Creo que los diferencia el color del cabello: uno se lo tiñe de cano y el otro de negro.
–Doña Lena estaría muy contenta de que los militares hayan expulsado a “ese comunista”, como ella lo llamaría. Relea las primeras páginas de mi novela Desmoronamiento, que suceden en 1963, aplíquelas a los acontecimientos actuales y verá que curiosamente empatan. Le repito: Honduras está fuera del tiempo.
–Veo por internet lo mismo que usted puede ver: complicidad y censura.
–Es un hombre que tiene facilidad de palabra y una enorme capacidad histriónica. Si logra salir vivo del poder, se puede convertir en una estrella de la televisión. No creo que sea el caso de Zelaya.
–Zelaya es un típico caudillo liberal, aunque en su lenguaje haya incorporado una retórica socialista. Creyó que se iba a imponer por sus “huevos” y las cosas le salieron al revés.
–Ni Clinton, ni Insulza, ni Arias Sánchez han logrado una solución. Yo propondría lo que puede proponer un escritor de ficciones: que reinventen ese país en el centro de África.
–Les aconsejaría que no aterricen en el aeropuerto de Toncontín. Es muy peligroso: está casi en el centro de la ciudad, tiene una pista cortísima y está rodeado de cerros. No cualquier piloto se atreve.
–Yo carezco de sentimientos hacia la política. Creo que este golpe fue apoyado por un poderoso grupo de inteligencia del Partido Republicano de Estados Unidos para meter en una trampa la política de Obama hacia Latinoamérica. John Dimitri Negroponte, Abrams y muchos que después encabezaron la guerra de Bush en Irak se formaron en Honduras en la década del ochenta y aún tienen su garra metida en esos bosques.
–Pensaría que usted no tiene fuentes. Yo nací en Honduras y viví ahí los primeros cuatro años de mi vida. Es todo.
miércoles, 15 de julio de 2009
El país y el asco
Por Giovanni Rodríguez
De hombres e ideas
por Julio Escoto
Honduras, 14.07.09
Cuando estas letras aparezcan habrán ocurrido vivencias excepcionales en Honduras, pues se cumplió ya el plazo dictado por la OEA y naciones del orbe para restaurar la normalidad gubernativa.
Y mejor que así sea pues mi cerebro gusta de forensiar al suceso, no de vaticinarlo -si bien por veces me atrevo-, y obtener conclusiones válidas para conocer del hombre su conducta y procesos.
Por ello mismo es de mi interés el movimiento mental, sea simple o elevado, más que las acciones materiales. No me llama la atención ahora, verbigracia, comentar la acción bélica que condujo al apresamiento y destierro del presidente Manuel Zelaya, típica de esa clase de rebeliones, pero en cambio me atrae y admira la vasta operación de ocultamiento, distorsión y desinformación que se procuró de inmediato para encubrir lo que realmente había acontecido.
De pronto y como concertados, locutores de Radio América y HRN -supuestas competidoras por lo objetivo- empezaron a emplear idéntico lenguaje en su redacción de la noticia: hoy se dio una “sucesión presidencial”, declamaban, “relevo institucional” y no golpe de Estado, mientras parodiaban a otro torpe político que metaforizó al suceso como simple “cambio de un gerente por otro”... Crudamente deshonestos, veteranos comunicadores como E. Tercero y J. B. Vásquez (quien hace años confesó al micrófono que su día más feliz fue cuando le regalaron un uniforme del ejército, que desde luego vistió), por no citar a otros más perversos, mintieron al país afirmando que en la Constitución republicana vigente se prevé mecanismos legales de sustitución, lo cual es falso.
Me interrogaba: ¿por que engañan, qué necesidad?... Hasta que identifiqué pronta la causa de argumentación, cual es el hondo irrespeto que este lumpen de profesionales tiene hacia su público.
Pues acostumbrados como están a no participar en debates críticos ni aceptar retroalimentación del oyente, lo que en el fondo les da su encierro de cabina y su aislamiento de lo real es una errónea sensación de perfectibilidad, de que no se equivocan ni pueden equivocarse.
Cosa que en síntesis equivale a subestimar a la audiencia, considerarla inferior en inteligencia y capacidad.
Igual de sorprendido me dejaron otras intervenciones previas y posteriores al suceso militar y que lúcidamente me enseñaron que cuando devienen conflictos de raíz ideológica los hombres saltan barreras y prevenciones sociales, y que inventan y desinforman con extremo descaro ya que el fin justifica a los medios.
Este fenómeno que Adorno registra como rompimiento y por tanto recomposición personal de cánones morales (más allá de éticas e incluso de la realidad), y que Kristeva analiza como recurso discursivo de intoxicación (hacer creer una verdad que no existe), tumbó por tierra a la imagen idónea que guardaba de valiosísimos amigos.
Escuchar por ejemplo a Jorge Yllescas, experimentado revolucionario y con quien, creo, fundamos junto a Paz Barnica en San José un efímero Frente Patriótico contra la dictadura milica de la década de 1980; escucharlo decir que el gobierno liberal pretendía quitar la patria potestad de los infantes y recluirlos en campamentos de indoctrinación política, fue como si rompieran al suelo al Cristo de Esquipulas... Ver al inteligentísimo y brillante abogado Germán Leitzelar devanarse probando que el coup d’Etat no fue tal sino “transición democrática”, y que el usurpador era “constitucional”, mostró que nunca consideró en debida estatura al pueblo pues no vaciló en insultarle la inteligencia.
Y luego, dolor íntimo, captar desde pantalla que mi apreciado Ramón Custodio, temple ético, proponía torpe truco de validación de la dictadura mediante plebiscito capcioso, a fin de ganar tiempo y legitimar lo ilegitimable, me devolvió a mundos crueles.
Finalmente, contemplar a un descendiente de Villeda Morales respaldando a ejecutores golpistas fue puñalada histórica, por mucha explicación que él proveyera en artículo personal.
Los hombres envejecen y cambian, se diluyen en cansancio y decepción.
Bajo situaciones críticas la mente desprecia lo aprendido y asume valores opuestos, tal su plasticidad. Abandona los principios y eleva al interés como motivo rector. Bien se dice que la historia es sabia maestra.
lunes, 13 de julio de 2009
¡Uy, mami, viene el coco!
por Armando García
¡Afición de sol de todo el país, uníos! Un fantasma recorre Corruptonia: el fantasma universal de la diabólica cuarta urna melífera. Brincó su Eminencia Ilustrísima Reverendísima Preocupadísima echándole el agua bendita del vade retro Satán a la vil iniciativa. La Embajada gimoteó, rasgándose las vestiduras de gendarmes del mundo. Y el terco comandante vaquero, cual cuervo de Poe, repitiendo: “cuarta urna, nada más”.
Y los plutocráticos del estatus quo, fabricantes de miseria –dolidos en su recóndita calamidad maquilera– pegaron el grito al cielo ante los avances diabólicos del bigote que canta. Los trogloditas se atrincheraron en su pétrea posición al ver la chusma revuelta y resuelta. Los bebesaurios, los dinosaurios, los niños bien, el señorito de los chocoyos, el tarifado renacuajo de la tele, el alquilado melgargután de las treinta mil razones dominicales, los honorabilísimos quiebrabancos, los lameculos de las mineras, los “impolutos” del gasolinazo y otros bandazos, lobos de la misma loma y ratas del mismo piñal, en fin, esa pandilla de sátiros violadores sostenibles de la Carta Magna, dijeron al unísono: “¡Nones, este macho de la constitución es mi mula!” Y, el comandante avionero, cogió su guitarra, ripostando a lo ranchero: “¡No me amenacen, no me amenacen, cuarta urna, nada más.”
Y los analistas, los consultores; los derechosos, derechohabientes de los derechos humanos, el cártel de los sapos, de los papos y de los capos; los piloteadores de doña Blanca; los pastores de Jesupisto de la iglesia de los asaltos de los últimos días; los fogoneros de la guerra fría; los Caballeros de Suyapa cuando les conviene; el gallinero completo, pues, hincados, pidiendo, urgiendo, cabildeando tras los tenebrosos “cuartos oscuros de cortinas gruesas”, el bendito y urgente madrugón de algún chalado de las “gloriosas” Fuerzas Armadas contra la felonía “anticonstitucional” que pone en precario el quítate tú, para ponerme yo, caballeros redondos de la mesa cuadrada. Y el comaandante guitarrero, cual cigarra de la fábula o como el ratón vaquero de Cri-Crí, se montó en “Cofi”, se atusó el bigote, se zampó sus botas, se calzó el sombrero y les dijo a solas: “no hay retroceso, cuarta urna, nada más”.
Porque aquí, en esta tierra de pétreo saqueo, ¡oh, Plutarco!, ¡oh, Rodrigón!, aquello de que la Constitución es pura babosada y que se puede violar cuantas veces sea necesario funciona a la perfección cuando el mar sólo debe mojar el costillar del busero, del lobo, del canalero, de Rafles el monarca de la manos de seda, del reingeniero; de los chafas activos, en retiro, en retirada y en salmuera o las faldas del neo figurín pollito de granja, mandaderos obsequios de la cavernaria oligarquía. Caso contrario: pecado, garrote, madrugón y excomunión.