domingo, 22 de enero de 2012

La vanidad literaria


Lectores de Lolita, de Vladímir Nabokov, fotografiados en una librería de Londres en 1959.- GETTY IMAGES / KEYSTONE.

Interesante este artículo sobre la vanidad literaria publicado por Javier Gomá Lanzón en Babelia. "No hay otro criterio que el veredicto unánime de jueces con gusto delicado, libres de prejuicio, dotados con capacidad de comparación y auxiliados por una práctica constante", cita el autor, de otro artículo de Hume, para empezar a hablar del asunto. "A falta de otros expedientes mejores, la única forma de conocer el valor de la obra literaria que uno produce es, en consecuencia, procurarse la aceptación de los demás", sigue. Pero mejor leamos un fragmento del artículo:
En el ámbito literario, en cambio, la historia no es acumulativa. ¿Es superior Tolstói a Goethe, éste a Shakespeare, éste a su vez a Dante, Virgilio y Homero? La obra de uno de ellos no anula la validez de la anterior ni la reemplaza. El espíritu artístico no progresa -como lo hace el relevo que se traspasan de mano en mano los atletas- sino que deviene, y sus obras maestras, aun las más antiguas, disfrutan todas de una actualidad simultánea. Aquí la categoría de progreso no es explicativa. Y no lo es porque carecemos de un criterio objetivo que determine la verdad literaria. ¿Ha sido sometido Platón a un experimento científico que advere la exactitud de sus proposiciones filosóficas? No. ¿Dónde reside, pues, su verdad? En que durante generaciones y generaciones, hasta hoy, la lectura de los Diálogos ha resultado fecunda para muchos. La función que tiene en las ciencias el laboratorio la cumple en la literatura el consenso.

domingo, 15 de enero de 2012

Literatura hondureña del 2011


Poff, El mundo es un puñado de polvo y Música del desierto, tres de los títulos de narrativa publicados en 2011 en Honduras.
Repaso las líneas del estante que alberga mis libros de literatura hondureña y, sin rigor alguno pues me confío sólo a la memoria y a lo que tengo a mano, decido elaborar una lista de los títulos publicados el año recién finalizado, la mayoría de ellos por autores o por editoriales de la costa norte:
Destaca el protagonismo de la narrativa, que vio la publicación de cuatro novelas y cuatro libros de cuentos, además de una antología, lo cual es la confirmación de que este género está cobrando mayor importancia entre los escritores de este lado del país, dejando a Tegucigalpa con la hegemonía en la poesía. Entre todos ellos, dos primerizos: Darío Cálix (Poff, Editorial La Hermandad de la Uva) y Martín Cálix (Partiendo a la locura, Ñ Editores), el primero con mucha más calidad que el segundo, aunque ambos aborden temas comunes, como la música y esa especie de escepticismo Siglo XXI. Los restantes son más conocidos, aunque dos de ellos se estrenan en novela y cuento, respectivamente: Jorge Martínez, con El mundo es un puñado de polvo (Editorial Grado Cero), una novela con maras y mareros escrita desde el centro mismo de ese submundo catracho, y Jessica Sánchez, con Infinito cercano (Letra Negra Editores), que es un libro de relatos en los que la mujer suele ser la protagonista, sin que esto derive necesariamente en feminismo puro, cosa casi siempre reprochable en los libros publicados por nuestras narradoras. Mario Gallardo dio a conocer los relatos orales de la comunidad garífuna de Masca en el libro La danta que hizo dugú (Mimalapalabra Editores), precedidos por un extenso ensayo introductorio que explica con detalle el proceso de preparación del libro, la historia de esta comunidad y sus rituales y creencias. Dennis Arita publicó su segundo libro de relatos, Música del desierto (Editorial Orbis), que sigue el estilo de su anterior obra y lo confirma como uno de nuestros mejores narradores. Memorial del blasfemo (Editorial Guaymuras) es la más reciente novela de Jorge Medina García, un narrador con amplia trayectoria y gran calidad. Buscando el paraíso (Editorial Iberoamericana) es la segunda parte de la trilogía que se ha propuesto escribir Marta Susana Prieto sobre la llegada de los españoles a nuestro territorio, un proyecto que posiblemente termine este año o el próximo.
Murvin Andino decidió publicar su segundo poemario, Extranjero (Mimalapalabra Editores), y en este género se reeditaron dos libros más: La casa de los locos, de John Connoly, y El canto de las estaciones, de Javier Hernández, ambos con Ñ Editores. Otra reedición destacada es Afinidades (Mimalapalabra Editores), de Hernán Antonio Bermúdez, que reúne los mejores ensayos de crítica literaria escritos por su autor durante varios años, casi todos enfocados en obras de autores hondureños.
Finalmente, dos antologías de la Editorial Nagg y Nell: Entre el parnaso y la maison, preparada por Gustavo Campos, que reúne textos narrativos de 10 autores del norte de Honduras, y Cuarta dimensión de la tarde, preparada por Otoniel Natarén, que incluye poemas de autores de la costa norte y de la ciudad de Holguín, Cuba.