El escritor argentino Alan Pauls fotografiado por Claudia Rubio/EL TIEMPO. Fuente: www.vive.in//libros
Hernán, nuestro corresponsal en Colombia, me envía una entrevista hecha por Claudia Rubio a Alan Pauls durante el recién finalizado festival Hay de Cartagena. De esa entrevista les dejo, como pildorita informativa, la introducción y dos respuestas del novelista argentino que hablan del azar y de la enfermedad en su literatura.
Durante un tiempo corrió el rumor de que no existía. Que su nombre era una invención de otros escritores, entre ellos el español Enrique Vila Matas -que lo incluyó en uno de sus libros- y el chileno Roberto Bolaño -que solía referirse a él como "uno de los mejores escritores latinoamericanos vivos"-. Pero Alan Pauls no es una invención. Nació en Buenos Aires en 1959 y es autor de una de las obras más interesantes de las letras actuales argentinas. Después de ganar el Premio Herralde de Novela con El Pasado, en el 2003, Pauls se volvió de carne y hueso, seguramente contra su deseo de continuar invisible.
¿Qué tanto pesa el azar?
Ningún libro responde al plan inicial, y está bien que sea así. La ficción gana cuando el azar respira en ella. De lo contrario no sería escribir, sino ejecutar. El juego de fuerzas entre el control y el margen de azar es muy rico. Escribir es pasar de un hito a otro hito, y muchas veces lo más importante sucede en el medio, entre uno y otro.
Hay un tema frecuente en sus textos: la enfermedad. ¿Por qué?
Me interesa porque es un estado de transformación; del cuerpo, del alma, de la mente. Y escribir es dar cuenta de que algo cambia. La enfermedad no es sólo un estado deficitario, lo negativo, lo malo. Es una alteración de la percepción que te permite ver las cosas de otro modo. Es como la droga legal que todos tenemos a nuestro alcance.
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