Por Giovanni Rodríguez
Una semana ausente y al volver, el mundo parece haber dado un montón de vueltas.
Flash back desde el día 1: Le escribo un correo electrónico a la gente del diario Hoy para comunicarles la imposibilidad de enviarles mi artículo semanal. El señor Rolando Castillo me responde que no hay problema, me transmite sus deseos de que disfrute esta Semana Santa y se despide amablemente. Me quedo pensando en la parte en donde dice “que disfrute esta Semana Santa” y me dan ganas de responderle que no, que se equivoca, que ésta no será una semana de vacaciones para mí sino todo lo contrario, que la circunstancia de las vacaciones en Francia, para mí, que trabajo del lado español de la frontera, representa el doble del trabajo habitual, pero no, no le respondo, lo dejo creyendo que luego de enviarle mi correo para decirle lo que le dije, me puse a hacer las maletas para irme, como los afortunados franceses y el resto del mundo occidental, de vacaciones.
Días 2, 3 y 4: De noche, en mi casa, en mi cama, con mi computadora encendida, no tengo ganas ni de revisar mis correos electrónicos. Busco en los blogs que frecuento y no encuentro casi nada; todo el mundo parece haberse ido de vacaciones. No actualizo mi blog, no contesto los correos electrónicos de hace tres o cuatro días. Poseído por una pereza mental invencible, por la inercia y el aburrimiento, creo una cuenta en algo llamado Facebook. Luego, apago mi computadora y me pongo a leer La mancha humana, una magnífica novela de Philip Roth que tiene también su versión cinematográfica con Anthony Hopkins, Nicole Kidman y Ed Harris, entre otros.
Día 5: Las secuelas de mi pereza, los resultados de la creación de mi cuenta en Facebook empiezan a manifestarse: la bandeja de entrada de mi correo electrónico saturada de mensajes de confirmación de un montón de personas que al parecer ahora son amigos míos. Qué afortunado soy, me digo, cuántos amigos tengo, pero, ¿en realidad los quiero a todos como amigos?, me pregunto, mientras elijo indiscriminadamente la opción “aceptar” a cada petición de amistad que me envían tantos otros futuros amigos desde diferentes partes del mundo.
Días 6 y 7: En mi casa, en mi cama, cansado, sólo tengo ganas de dormir. Antes, unas cuantas páginas de la novela de Roth. La lectura es deliciosa e inaplazable y acabo acostándome muy tarde.
Día 8 (hoy): Descubro que me gusta esto del Facebook. Amplío mi perfil e incluyo unas cuantas fotografías que he tomado últimamente. Descubro también que tengo más amigos de los que pensaba o de los que quisiera o de los que debería. No importa, me digo, de eso se trata. Me trago el cuento de que soy muy amigable y que los demás también lo son.
Esto de los intercambios de gestos sospechosamente amistosos en Internet tiene, indudablemente, sus ventajas. Me permite, por ejemplo, enterarme de que una amiga a la que no veo desde hace seis años vive a tan sólo 150 kilómetros de distancia de la ciudad en donde yo vivo. Acordamos encontrarnos en un punto intermedio el próximo sábado: el café Zurich de Barcelona. Entonces, nos daremos ese abrazo largamente postergado y hablaremos de viajes, de distancias, del tiempo y de muchas otras cosas. Será hermoso confirmar que la amistad es más real cuando se practica directamente, cuando frente a la otra persona no podemos disimular el tono de la voz ni la emoción en las palabras ni el brillo en la mirada, lo que sí ocurre con frecuencia frente a una pantalla de computadora. Será hermoso confirmar que somos seres humanos reales y no esos simulacros de amistad que intercambian guiños o mentiras en una página web. Será hermoso volver a ser amigos.
Gracias por unirte a nosotros. ¡Ya hace tiempo te esperábamos!.
ResponderEliminarNo olvides tomar tus precauciones.
Giovanni, amigo, también eso es parte de la ficción, creer que el Facebook es una forma de hacer "amistades" cuando en realidad es dejar entrever unas cuantas mentiras (unas más grandes que otras) o de alimentarnos el ego mea culpa icluído, así que a hacer cuentos incluyendo el facebook.
ResponderEliminarSin duda ésta era tecnológica, marcará aún más la literatura, eso, ni que se dude.
Pd: te agregué!
Digame, ¿porqué estar en el lado frances se le dificulta tanto?...ahaa, ya, por el idioma. Pues no hable tanto y dedíquese más a observar (y no a posar, ya que al hacerlo, tiene que pedir a otros que tomen su foto, y usa su francés), por otro lado, si no tenía ganas ni de revisar su correo, qué carajos hacía con su computadora encendida y para colmo en la cama (si la mantiene encendida, le recomiendo que no lo haga y así no gastará energía con lo que ayudará al planeta), ¿será que le tiene miedo a la soledad y por eso se ha convertido en un esclavo del ciber-espacio?, imaginese, hasta en facebook se registró ya, a propósito, no le da tedio estar aceptando tanta invitación de ese sitio en el que millones de personas quieren engañarse?. No son los únicos que le temen a la soledad, todos en algún momento hemos tenido ese miedo, pero no es justo para la soledad que la tratemos de engañar con ese tipo entretenimiento, no se lo merece, hay que aceptarla y convenserla que este de nuestro favor (esto no lo digo por usted, sino por aquellos que buscan en esos ciberlugarcillos su escape, como ya dije no es justo para la soledad, aunque claro tienen su derecho a hacerlo. Yo por ejemplo, tengo mi sitio, aquí, en dónde comento algunas de sus entradas en el blog, lo que me divierte,aunque sea sólo a mí mismo, lo que al final es lo que me importa ¿pero facebook?, eso es para cualquiera.
ResponderEliminarLo más divertido es lo que le pasó el día 8.
Lo del encuentro en el café me parece genial, espero que luego del café haya un par de tragos y luego una buena noche de sexo (no hay que tomar este encuentro como defensa para lo del facebook, porque si esto se vuelve rutina, también terminará por aburri, como casi todo.)....¿vé?, no digo toda esta palabrería sin mis buenas intenciones hacía usted....ahaa, por cierto, el comentario de Mark Zuckerberg: "Gracias por unirte a nosotros. ¡Ya hace tiempo te esperábamos!.
No olvides tomar tus precauciones." es una gran culerada....
H.H.
Ajá.
ResponderEliminarPor qué me parece que usted es un snob?
ResponderEliminarcon tanta gente en el paro ahora mismo ...