Portada de Aire nuestro, de Manuel Vilas, publicado por Alfaguara.
Rafael Reig comenta, en el suplemento cultural del ABC, Aire nuestro (una novela de Manuel Vilas que trata de esto):
Envidioso como soy, me fastidia decirlo, pero a Manuel Vilas (no le
conozco, vaya por delante) le sobra talento, imaginación y capacidad
narrativa. Sin embargo, creo que se ha propuesto esta vez dar una
puntada (literaria) sin hilo (narrativo). Y lo ha conseguido, aunque nos
lleve a preguntarnos qué esperamos de una novela (o precisamente por
eso).Ya sé que vivimos en un «capitalismo de ficción» (como diría Verdú),
que nuestra experiencia de la realidad es fragmentaria y discontinua,
como la del que hace zapping, y que la propia identidad es apenas una
conjetura. Vale, pero me resisto a la analogía mecánica: para expresar
que la vida es aburrida, ¿valdrá la pena escribir una novela aburrida?
Para contar una existencia vacía, ¿habrá que escribir algo vacío? Para
mostrar que la realidad no tiene sentido ni hilo que la sujete, ¿no hay
más remedio que prescindir del argumento y los personajes? A mí me
parece tan desproporcionado como casarse sólo por no discutir,
suicidarse para demostrar que uno lleva razón o negarse a comer, para
que se joda el sargento.
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