miércoles, 13 de abril de 2011

BMartínez: "Muy pocos conocemos el concepto de cultura"


Bernard Martínez.
Por razones de espacio y de obvia censura, la siguiente entrevista no apareció completa en la edición de diario Tiempo del martes 12 de abril. A continuación, la publico con las partes que faltaban. Obsérvense, particularmente, los "argumentos" del señor ministro para considerar que es la persona idónea para ocupar el puesto de ministro de Cultura, sus "geniales" ideas para la gestión de la cultura en el país y la curiosa lectura que hace del concepto de cultura de la UNESCO en la Declaración de México en 1982:
El secretario de Estado en los Despachos de Cultura, Artes y Deportes, Bernard Martínez, llega al sitio de la entrevista como escala en su cruzada nacional por la socialización de una idea que, según él, habrá de completar el proceso de descentralización de la cultura que le hace falta al país.
Es un hombre entusiasta pero en su discurso poco puede percibirse del conocimiento y la preparación que debe esperarse de un ministro de cultura. Da la impresión de ser el poseedor de una sola idea y esta idea la repite con innecesario afán, como si creyera que de eso depende el reconocimiento del valor de la misma.
Está impulsando la creación de las llamadas “Unidades Municipales de Cultura”, de las que en los 16 meses de su gestión como ministro lleva apenas cinco. El objetivo es involucrar más a los gobiernos municipales en los procesos culturales de sus comunidades, dice, entre otras banalidades, en la siguiente entrevista:

¿Cómo y de quién surgió la idea de su nombramiento como ministro de Cultura?
Fue una pregunta que me hizo el presidente Lobo acerca de en qué quería que yo le sirviera en su gobierno. Y una vez que decidí participar le hablé del tema de cultura y entonces él decidió ubicarme ahí.
¿Tuvo usted alguna vez antes de su nombramiento el interés en trabajar por la cultura?
No, eso nace después de la campaña política. La comunidad garífuna, de la cual soy miembro, es una comunidad que aporta mucho culturalmente y eso fue lo que me permitió pensar en la Secretaría de Cultura.
¿El principal argumento, entonces, para autoproponerse como secretario en el Despacho de Cultura, Artes y Deportes es su pertenencia a la comunidad garífuna?
Sí, sobre todo porque mi comunidad había hecho un trabajo a nivel internacional poniendo a Honduras en esta materia en el conocimiento pleno en el mundo, entonces yo pensé que podía aportarle algo al presidente Lobo para llevar el mundo cultural hondureño con mayor afianzamiento porque yo ya tenía un conocimiento en el tema.
¿Considera que ese es suficiente argumento para que alguien pueda desempeñar sus funciones en ese puesto de manera eficiente?
No sé si sea suficiente, porque eso depende del presidente Lobo, pero sí creo que nos ha permitido a ambos conocer un poco más allá de lo que es la cultura del país, en donde la diversidad y el mestizaje hay que conjugarlos, porque aquí el tema es cómo conjugar la diversidad cultural para crear la identidad de país.

Aparte de la cultura garífuna, ¿qué otros componentes cree usted que integran el proceso cultural en Honduras?
La Secretaría de Cultura está estructurada de tal forma que invita a poder tener los diferentes pueblos ahí operando porque la construcción de la identidad va a venir de la participación de todos los pueblos. En el gobierno del presidente Lobo hay una mayor integración de los miembros de la comunidad garífuna y de otras etnias como la misquita y la lenca, así que está mejor equilibrado el tema del abordaje para la cultura.
¿Cuáles considera usted que son los avances más notables que ha propiciado la SCAD en estos 16 meses que lleva como su ministro?
En primera instancia, el replanteamiento de la Secretaría de Cultura. Nos ha tomado todo este tiempo darle la visión que verdaderamente debe tener, partiendo del concepto de cultura que establece la UNESCO. Ese concepto nos replantea al grado que la Secretaría debe tener un trabajo más expansivo para estimular la diversidad cultural de los pueblos tanto afro hondureños como indígenas. Cuando la gente no entiende este concepto es normal que exista algún tipo de reacción equívoca pero entendiéndolo, el mismo gobierno, el mismo Congreso Nacional daría los pasos para fortalecerlo.
Específicamente, ¿qué dice ese concepto?
Habla de que la cuestión cultural es la persona misma cuando define palabras muy claras como explícitas o implícitas en el que su comportamiento religioso, su comportamiento personal, su conducta con el resto de la sociedad hace que la persona sea la cultura misma en sí. El gran avance en el primer año del presidente Lobo es abrir las condiciones para que los municipios tengan mayor participación con los convenios de cooperación firmados y con las unidades municipales de cultura, que ya hemos abierto cinco en todo el país.
Y de la firma de esos convenios, ¿qué resultados se han visto hasta ahora?
De ahí se está desprendiendo el acompañamiento a los grupos artísticos en la medida de nuestro financiamiento disponible. Las limitaciones son muy grandes pero lo más importante es que estamos creando la condición política y cultural en los gobiernos locales para impulsar a la sociedad civil en su afán de tener mayor arraigo cultural e identidad de municipio.
Básicamente, sus avances han sido meramente operativos…
Sí, sobre todo no podíamos avanzar porque la Secretaría se había quedado en el puro trámite, de esperar solicitudes, de esperar que nosotros nos moviéramos llevando cultura a los municipios cuando esto era totalmente equívoco.
¿Cuál es su relación con los Consejos Regionales de Cultura?
La relación sigue igual, lo que pasa es que faltaba un ingrediente: la participación de los gobiernos locales, que también tenían que aportar a los consejos locales. No desechamos la idea anterior sino que la fortalecemos incorporando los gobiernos municipales para que definan políticas de cultura claras.
¿Cómo se utiliza el presupuesto anual de la Secretaría?
El 70 por ciento del presupuesto se va en gastos de operación. El resto se va en las transferencias a grupos culturales y deportivos. Tan sólo queda un tres por ciento aproximadamente para hacer lo demás.
¿Cuáles son estos grupos a los que se les hace transferencias?
En deporte, a la Condepah, Comité Olímpico, Conapid. En cultura, a los museos, incluyendo Antropología y aquellas entidades culturales independientes que tienen el reconocimiento del Congreso Nacional.
¿Por qué no se ha reactivado la página web para gestionar el ISBN para las obras literarias de autores nacionales, que dejó de funcionar cuando se produjo el Golpe de Estado en junio de 2009?
Hubo un problema técnico serio que tenemos que superar. Actualmente la gestión puede hacerse directamente por los autores en las oficinas de la Secretaría en Tegucigalpa pero estamos buscando que en el futuro la Secretaría vaya hasta los autores.
¿Por qué decidieron llevarse a Tegucigalpa el equipo del proyecto “Cine en la Calle”, que fue donado por el PNUD y asignado para la regional de Cultura de San Pedro Sula?
Una reforma de la presidencia hizo que Finanzas, por estar adscrito el proyecto a Radio Nacional, transfiriera todos los fondos y recursos de Radio Nacional a Comunicaciones de presidencia. Pero estamos haciendo los trámites para recuperarlo.
¿Esta determinación no es acaso una violación al convenio entre el PNUD y la región para la cual fue asignado el equipo?
No, porque en el momento de hacer el convenio de Cine y Audiovisuales dejaron el proyecto como parte de Radio Nacional y según la disposición de presidencia, todo lo de Radio Nacional debía pasar a Comunicaciones de presidencia.
¿Qué posibilidades hay de recuperar ese proyecto?
El problema es que el equipo está ahí pero no hay presupuesto para pagar al personal que lo haga funcionar.
¿Y la Secretaría es incapaz de gestionar algo para que esto vuelva a ponerse en marcha?
Es que lo que queremos garantizar es que la gente que vaya a manejarlo tenga un compromiso real con ese equipo, pero la misión es tener el personal idóneo conforme a la estructura presupuestaria para que pueda sobrevivir tanto el equipo como el personal a fin de impulsar este tema de Cine y Audiovisuales. Nuestro departamento legal ya está trabajando en eso.
¿Se puede decir entonces que la burocracia ha retrasado la ejecución de un proyecto tan importante y que tan buenos resultados ha tenido en todo el país?
Tanto en Cine como en otros esquemas de la Secretaría la burocracia sigue siendo un problema serio.
Con respecto a las publicaciones de la SCAD, ¿por qué han dejado de producirse libros desde el inicio de su gestión?
Porque todo es presupuesto. Hemos tenido recortes drásticos de presupuesto en la Secretaría. Nos han dejado apenas alrededor de un tres por ciento para atender todas las exigencias de cultura que hay en el país.
Pasando ahora a las gestiones del Instituto Hondureño de Antropología e Historia, que también es competencia de la SCAD, ¿por qué han vuelto a concentrarse todos los esfuerzos exclusivamente en Copán, cuando en el periodo del ex ministro Rodolfo Pastor habían llegado a extenderse a otros proyectos en otras zonas?
El tema de Antropología sigue en discusión. Nosotros no hemos derogado ninguno de los convenios establecidos en anteriores periodos pero sigue siendo nuestro talón de Aquiles la limitante financiera.
¿Podríamos simplificar el asunto y decir que cualquier problema que surja, cualquier impedimento para desarrollar un programa o para ejecutar un proyecto en la SCAD tiene que ver con el aspecto financiero?
Claro, muchísimo.
¿Debe limitarse entonces la SCAD a la labor de “bendecir” con su nombre cualquier iniciativa cultural que surja en cualquier parte de Honduras ya que no tiene capacidad para ofrecer una colaboración más concreta?
Ésta es una Secretaría que ha sido diezmada siempre, que ha sido totalmente marginada. La Secretaría no ha podido desempeñar el rol que debería desempeñar en Honduras. Por eso ahora tratamos de generar las condiciones favorables para que cuando los diputados en el Congreso Nacional discutan las asignaciones presupuestarias sepan que hay un pueblo que exige mayor respaldo financiero en el campo de la cultura. Entonces lo que buscamos es involucrar a todas las personas posibles para que la Secretaría no siga siendo tratada de la manera en que lo ha sido hasta la fecha.
Aparte de esta labor de tratar de involucrar a más gente en el proceso cultural, ¿en qué otras cosas se ocupa la SCAD en este momento?
Básicamente en la cuestión estructural en los municipios.
¿O sea que en un año y cuatro meses de su gestión su trabajo ha sido solamente el de intentar crear esa nueva estructura?
Exactamente, un trabajo muy fuerte, muy amplio, que creemos que nos queda muy corto porque ya nos queda poco tiempo para que se termine el periodo, apenas dos años.
¿Usted calcula que en sus cuatro años de gestión habrá trabajado en la cuestión estructural y nada más?
No tanto nada más sino que queremos ir paso a paso en la estructuración de algo que responda a la cultura de país, de aquello que cree la identidad que necesitamos para diferenciarnos del resto de los países.
¿Cree que con las condiciones actuales en su despacho, la población hondureña pueda volver a preguntarse para qué sirve esta Secretaría?
Está latente esa pregunta porque no se entiende el concepto de cultura.
¿Por qué cree que el gobierno central no le da a la SCAD el respaldo que necesita?
Porque no conocen el concepto de cultura y al no conocer este concepto no lo ligan a su forma de vida.
¿Usted cree que no entienden ese concepto o de plano no les interesa?
Es que al no entenderlo no se interesan por la cultura.
¿Usted y cuántas personas más en el país conocen este concepto de cultura del que habla?
No le puedo decir cuántos lo conocemos pero somos muy pocos.
¿Conoce el presidente Lobo este concepto de cultura?
No se lo he preguntado pero habría que hacerlo. Yo podría arriesgarme a decir que no creo que lo conozca a plenitud.
Tomada de Tiempo.hn

3 comentarios:

  1. Madre mía cuanta insistencia con la identidad, la identidad para aquí, la identidad para ya, etc., etc.. Aunque parece que el hombre tiene buenas intensiones, se queda en eso.

    Definir la cultura es algo complicado, pero quedarse en el tema de la identidad es un error muy frecuente y tratar la identidad como si fuera un compartimento estanco con una forma única es otro gran error. Esta visión es la más extendida, un ejemplo de ello se da cuando alguien sale fuera de su país y pierde parte de su acento, los que se quedan critican dicho cambio porque consideran que ha perdido parte de su identidad, pero la critica está cimentada en una visión estática de la identidad que no puede ni debe sufrir transformaciones, cuando está de sobra demostrado que la sociedad es dinámica.

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  2. Madre mía cuanta insistencia con la identidad, la identidad para aquí, la identidad para ya, etc., etc... Aunque parece que el hombre tiene buenas intensiones, se queda en eso.

    Definir la cultura es algo complicado, pero quedarse en el tema de la identidad es un error muy frecuente y tratar la identidad como si fuera un compartimento estanco con una forma única es otro gran error. Esta visión es la más extendida, un ejemplo de ello se da cuando alguien sale fuera de su país y pierde el acento, los que se quedan critican dicho cambio porque consideran que ha perdido parte de su identidad, pero la critica está cimentada en una visión estática de la identidad que no puede ni debe sufrir transformaciones. Los que critican se convierten en talibanes de la identidad, una identidad que no sabrían definir si se les preguntara qué es la identidad o qué hay que hacer o tener para ser hondureño.

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  3. Además de la insistencia en la noción de indentidad y desconocer el significado de cultura. Se nota que Bernard Martínez ve ambos términos como absolutos, universales, y además, indefinibles. Suficiente cuando dice que "muy pocos conocemos el concepto de cultura", sólo él y unos cuantos, pero no alcanza a precisarla. Es preferible considerarlos como problema, como proceso dinámico compuesto de elementos diversos que como una unidad homogénea. Tal vez confunde el concepto con la institución burocrática llamada SCAD. Para dicha nacional que el entrevistado es la cara oficial de la cultura, es él el que tendrá que convencer a su jefe de cuál es el significado del concepto de cultura. Y de paso que se encarge del resto de gabinete de gobierno.

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