Raúl López Lemus, durante la presentación del libro Entre el parnaso y la maison, hace algunos años.
Con motivo de su reciente obtención del Premio Centroamericano de Novela "Mario Monteforte Toledo", Raúl López Lemus respondió a unas preguntas del periódico Presencia Universitaria de la UNAH. Dejo unos fragmentos de esa entrevista a continuación:(PU): En Honduras el género literario de la novela está rezagado, ¿a qué se debe?
(RLL): Sin estar seguro de lo que les pasa a la mayoría de los autores, considero que se escribe poco en nuestro país debido a la indisciplina e informalidad que campea entre los que saben hacerlo. Digo falta de disciplina porque no creo que se trate de falta de imaginación. Se percibe mucha pereza en nuestro ambiente, siempre estamos dejando para mañana lo que podemos escribir hoy. También, tal vez se deba a que los escritores nacionales no somos lo suficientemente arriesgados, o porque algo falta en nuestra formación. Pasa en la mayoría de los casos que nos proponemos escribir sin haber leído lo suficiente, y en medio del proceso creativo nos damos cuenta de que no estábamos preparados para ello. Menuda sorpresa, descubrir a medio camino que teníamos muchas falencias y debilidades y que eso no se cura con nada que no sea la lectura.
(PU): Originario del área del Valle de Sula y viviendo en San Pedro Sula, ¿cómo es ese contexto para llevar a cabo una vida como escritor?
(RLL): Estamos claros que el ambiente de la ciudad y, por extensión, el de toda la zona norte, no ayuda mucho que digamos en los procesos creativos. Las razones son harto conocidas. San Pedro Sula no ha tenido nunca una tradición literaria, no se han abierto los espacios necesarios para que afloren las manifestaciones del espíritu. Es una ciudad laboriosa con gente trabajadora, como suelen decir los medios, pero no se encuentra por ningún lado el ambiente propicio para la creación artística. Tiene muy pocas bibliotecas y librerías para la cantidad de habitantes, no hay lugares adecuados para la discusión o las tertulias, además de la apatía que muestran sus autoridades para promover la cultura. En un ámbito así, hay que hacer milagros para producir un poco. Sin embargo, en la actualidad, estamos siendo testigos de un posible resurgimiento intelectual; nos encontramos ante una efervescencia creativa que ilusiona. Una nueva generación de escritores comprometidos con la literatura está intentando cambiar ese pasado.
(PU):Usted es docente de la Carrera de Letras en UNAH-VS, ¿qué balance hace de los jóvenes estudiantes, cuáles son sus tendencias, motivaciones y particularidades de los hondureños que estudian esa carrera?
(RLL): En la respuesta anterior señalé que se percibe, por lo menos, una pequeña agitación en el ámbito literario de la ciudad de San Pedro Sula y, precisamente, es la Carrera de Letras de la UNAH-VS, la responsable de ello, porque ha abierto los espacios de discusión y el análisis necesario para que los estudiantes pueden depositar allí, como se dice, sus inquietudes. La carrera ha aumentado su aforo estudiantil y posee una notable cantidad de muchachos que se deciden por la buena literatura. Muchos de ellos bien actualizados, excelentes lectores y con una formación humanística loable. Creo que ya se cambió esa idea abstrusa de que se estudiaba letras para dar clases en los colegios o en la misma universidad, por una diferente en la que los estudiantes están conscientes de su papel de creadores. Para muestra, en el año 2011 se publicó una antología de la nueva narrativa hondureña y la mayoría de los autores eran exalumnos o catedráticos de la Carrera de Letras.
(PU):¿Qué retos identifica que debe enfrentar la narrativa hondureña, para mejorar su calidad?
(RLL): Reinventarse, o en su defecto, reinventar lo que se estaba haciendo, o como se estaba haciendo. No debería ser yo quien lo diga, porque apenas he ganado un premio y publicado un librito de cuentos, pero la narrativa nuestra parece haberse quedado atrás con respecto al resto de Centro América. Considero que debemos salir del letargo en que hace tiempo hemos caído y en el que parece que nos encontramos a gusto. La fórmula para lograrlo proviene de los mismos libros, de las obras que decidamos leer. La tecnología ha venido a acercar las distancias, ahora podemos saber lo que se produce en Europa o Estados Unidos en el mismo momento en que se produce, por qué no aprovechar esas ventajas y cambiar lo que leemos o cómo lo leemos. Es una decisión que cada uno puede tomar por su cuenta.
¡Muy buenas respuestas!
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