Para que veamos que la estupidez no es condición exclusiva de Myrna Castro, actual "ministra de Cultura de H", copio y pego este articulito de Jordi Puntí encontrado en elperiodico.com:
En Appomattox, un pueblo del estado de Virginia, la escuela prohibió este año a sus alumnos la lectura de De ratones y hombres, de John Steinbeck, a causa de su lenguaje obsceno y difamatorio. Un pretexto similar encontraron en una escuela de Tuscola, Texas, para vetar la novela Hijo de Dios, de Cormac McCarthy. En Morganton, Carolina del Norte, diversas escuelas intentaron prohibir la lectura de obras como El color púrpura, de Alice Walker; Cometas en el cielo, de Jaled Hosseini, o El guardián en el centeno, de J.D. Salinger, todas a causa de su fuerte contenido sexual.
Estos ejemplos y muchos más aparecen en el mapa de libros prohibidos y cuestionados que realiza cada año Banned Books Week, una campaña que desde 1982 celebra la libertad de lectura y desenmascara los intentos de prohibición en EEUU. El mapa con todos los lugares donde se prohíben libros puede verse en internet (www.bannedbooksweek.org). Además de la religión, las palabrotas y las blasfemias religiosas, los temas más recurrentes a la hora de censurar un título son la homosexualidad abierta, la masturbación, la eutanasia y, por supuesto, el aborto.
Entre los clásicos que hoy en día siguen prohibiéndose están Lolita de Nabokov o el Huckeblerry Finn de Mark Twain, pero el libro más perseguido en los últimos años es Tres con Tango (RBA), de Justin Richardson. Es ésta una obra infantil que cuenta con dibujos la historia de una familia de pingüinos, dos machos que incubaron el huevo de una hembra y tuvieron un pingüinito llamado Tango. Pese a estar basado en unos hechos reales, el libro ha sido acusado de antiétnico y antifamiliar porque habla de la homosexualidad entre animales. No es broma. Ante este panorama, uno puede pensar que en Europa estamos lejos de la rigidez mental de los católicos fundamentalistas de EEUU.
A primera vista, así es. Pero tomemos las escuelas del Opus Dei, por ejemplo, cuya moral carca nada envidia a la de los norteamericanos pacatos. Según su índice de libros prohibidos en el 2003, títulos como El nombre de la rosa de Umberto Eco, o Intimidad de Hanif Kureishi, solo se pueden leer si un padre o prelado de la Obra te autoriza. En cuanto a los pingüinos homosexuales para niños, no se pronuncian, pero figúrate tú.
Recomendable, para seguir en el rollo, este otro artículo.
En "los 80s un poeta y profesor hondureño perdió sus empleos, además fue considerando non grato en algunos centros de "educación" y señalado como ateo y mal ejemplo a seguir por la juventud, todo eso por un excelente poemario: "Pasajes bíblicos de ida y vuelta"
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