"La gran ciudad", como dijo alguien por ahí.
El texto que sigue lo escribí para una columna de diario Tiempo, una columna que decidí abandonar casi antes de publicar el primero de los artículos, a pesar de que los editores del diario no la olvidaron, como acabo de comprobar al descubrir en su web éste en el que hablo un poco sobre la cultura en San Pedro Sula:
Tradicionalmente,
Tegucigalpa ha sido la ciudad hondureña con más actividad cultural en Honduras.
El hecho de ser la capital le permite concentrar, además de la burocracia,
algunas instituciones que son, generalmente, las que propician los espacios y “albergan”
la cultura. San Pedro Sula, punto de encuentro de inmigrantes en busca de empleo,
se ha dedicado más a trabajar, según el viejo cliché en el que también caben la
Tegucigalpa “pensante” y La Ceiba “pijinera”.
Ni la
verdad es tan así ni todo es siempre igual, por supuesto. En cualquier punto
geográfico el trabajo, el intelecto y la fiesta resultan ser aspectos que
conforman, en mayor o menor grado, algo de la identidad individual o colectiva
de sus habitantes, y cultura puede encontrarse tanto en los espacios urbanos
como en los rurales. De cualquier manera, es válido asegurar lo que dije al
principio: la actividad cultural capitalina ha sido y continúa siendo la más
ferviente del país.
Sin
embargo, al intentar pensar en la San Pedro Sula de antes del Golpe de Estado
de 2009, la memoria me trae las imágenes del cine en la calle, de festivales de
teatro, conciertos, conferencias, presentaciones de libros, lecturas de poesía
y narrativa, exposiciones de pintura y muchas otras manifestaciones artísticas
que no requieren, necesariamente, un local específico para realizarse. La
ciudad se había convertido en esos años previos al Golpe de Estado en un sitio
de confluencia de la cultura de todo el país.
Ahí
estaban el Museo de Antropología e Historia, el Centro Cultural Sampedrano, la
Alianza Francesa, la UNAH-VS o el Centro Cultural Infantil, entre otras
instituciones, pero también las calles, las plazas, los parques y cualquier
otro espacio improvisado, para mostrarle al pueblo que el desarrollo no había
que esperarlo sólo en la economía o en la infraestructura sino también en la
cultura y en la promoción de la cultura, y que la base de ese desarrollo no
residía necesariamente en la voluntad o en la disposición de los gobernantes
locales sino también en la voluntad y el espíritu de los artistas y los
promotores culturales. Flotaba en el ambiente la sensación de que al menos en
el ámbito cultural la ciudad estaba creciendo.
Más
de tres años después y el panorama, en el plano cultural, es otro. La economía
sigue igual o ha empeorado. La delincuencia en las calles sigue igual o ha
empeorado. La política sigue igual, y esa ya no puede ser peor. Pero las
actividades culturales han disminuido considerablemente en San Pedro Sula.
¿Significa esto que está desapareciendo la cultura de la ciudad? ¿Que los
artistas han emigrado o se dedican ahora a otras cosas? No lo creo.
La
cultura, pese a todo, no desaparece. Si acaso, se mantiene en silencio mientras
cambia sus formas, esperando el momento propicio para su revelación. Los
artistas, los verdaderos artistas, no siguen las pautas sociales, pero
observan, atentos, el devenir del mundo. Hay que esperar, entonces, que estos
artistas y sus obras “se revelen”, y eso sucederá cuando tenga que suceder, no
por la fuerza de arrastre de alguna corriente que involucra a muchos sino tan
sólo porque les ha llegado su hora, su momento específico en la historia.
Cuando eso ocurra, cuando se produzca de nuevo la coincidencia de todos esos
momentos específicos, quizá podamos empezar a hablar, otra vez, de una eclosión
cultural en San Pedro Sula.
4 comentarios:
¿Dónde está la cultura?
¿La cultura es excluyente y cimenta "fraternidades" cultísimas en el arte del saqueo del erario público? La última es una pregunta retórica, obviamente.
Ha de ser muy difícil no poseer ahora una gallinita que les dé comidita, carros, publicaciones de malos libros, y aún más terrible no tener ni para conectarse a internet.
No todo es malo en el vaivén de la vida, recordemos: Ahí yacen y hacen bien, los lectores descansan y ustedes también.
Como hablás sin sentido vos anónimo, me gustaría que algún día visitaras los centros culturales, platicaras con un artista o un escritor, para que supieras si ser artista y hacer arte, es tan fácil como tu acción de sentarte frente a tu computadora y estar despotricando en contra de lo que no conocés. De repente hay unos que entran en esos párrafos que escribiste, pero tené por seguro que no son mayoría, los más son los que se esfuerzan y no viven en grandes mansiones, y quizá tu casa sea mejor que la de ellos.
Pues en Tegucigalpa la galería nacional de arte cerro sus puerts. Y recuerde amigo bloguero que después del golpe se dio un apogeo de muchos artistas, escritores, músicos que se unieron para hacer frente a la dictadura micheletti-vasquez velasquez.
En Tegucigalpa también se ha visto que ha disminuido un poco la actividad cultural, por lo menos ahora es difícil encontrar bandas tocando en vivo cuando antes se daban (contando solo un lugar) hasta tres pequeños conciertos a la semana.
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