domingo, 30 de agosto de 2009

Sin City. El pecado es no hacer cine

Portada de una edición del original de Frank Miller.
Por Carlos Forero
Lograr un efecto especial complicado no es necesariamente difícil para un director como Robert Rodríguez. Con buen suspenso, terror y fantasía, logra despertar los cerebros de un público acostumbrado a argumentos de acción sin sentido y además convertir la visión futurista de un maestro del cómic en una de las películas más “visuales” que se han hecho en los últimos años. Y al parecer con mucho menos de lo que nos imaginamos.
Se trata de Sin City, una película que cuenta cuatro historias paralelas que en orden cronológico, según la historieta original de Frank Miller, serían: "Ese bastardo amarillo", "El cliente siempre tiene la razón", "El duro adiós" y "La gran masacre". La historia se sitúa en una “ciudad de pecado”, en donde se desata la furia de personajes que hacen el bien, pero sólo a través de la ira y la sinrazón. Una película que tiene, además de un guión estupendo, una puesta en escena espectacular para los ojos de los desentendidos, pues sabe trasladar las situaciones y los personajes perfectamente de un mundo de cómic a un mundo real. El dvd de la película muestra, como en una clase de edición para principiantes, que los fondos utilizados en el estudio son paredes pintadas de verde en la que los actores interpretan las escenas para que luego, con un equipo de edición, superponer (copiar y pegar) los escenarios del comic original más estilizados y acabados.
Una ventaja del rodaje con fondo verde es la rapidez, lo cual representa ahorros significativos. Además, a los actores les gusta la rapidez. Algunos, incluso, como Brittany Murphy, permanecieron en el rodaje durante un solo día, aunque en la película aparezca en tres historias y dé la impresión de que su participación fue mucho más extensa. Otro curioso ejemplo del trabajo de edición en esta película es el de una secuencia en la que el personaje de Mickey Rourke entra a un bar en donde está el personaje de Jessica Alba, quien sólo estuvo en el rodaje un mes después de que Mickey Rourke se fuera; por lo tanto, estos dos actores ni siquiera se vieron durante el rodaje, y sin embargo los podemos ver juntos en una escena de la película. Tampoco se vio Mickey Rourke con Rutger Hauer, a cuyo personaje decapita, ni con Elijah Wood, con quien tiene secuencias de lucha juntos.
Muchos problemas en el cine son solucionados de maneras que el público ni siquiera llega a imaginarse, y que resultan siendo sencillas y con un solo propósito: acortar presupuesto.
Claro que un equipo de edición como el de la productora de Rodríguez, en la que también está Tarantino, no lo tiene cualquiera, pero sí podemos decir que para hacer cine de calidad no es indispensable contar con las últimas innovaciones tecnológicas, como sí los es saber usar los recursos existentes de manera oportuna y adecuada.
Próximamente Robert Rodríguez estrenará su última película, Machete, cuyo trailer conocemos desde la aparición de Planet Terror. En el reparto figuran Robert De Niro, Steven Segal, Jessica Alba, Lindsay Lohan y Danny Trejo, este último en el papel protagónico. Esperemos que los experimentos Rodríguez sigan siendo igualmente fructíferos para muchos años más de buen cine hecho con las uñas… de la imaginación.

jueves, 27 de agosto de 2009

Saramago contra Dios

Saramago en Lanzarote- EFE

De mi lectura de El evangelio según Jesucristo (de Saramago) hace unos ocho años recuerdo particularmente el diálogo que sostienen José y Dios, y ahora que leo esta noticia de El País sobre una nueva novela con tema cristiano del Nobel portugués se me ocurre que Saramago es uno de los pocos escritores que se dirige a Dios de manera irónica y retadora en sus libros y que de esta manera establece con él un diálogo permanente, pero no en las alturas celestiales que supone la religión sino en el terreno de los hombres, que es el único que existe al fin y al cabo. Ahora el turno es de Caín, la novela que en un par de meses podremos leer en español, y se esperan nuevas reacciones parecidas a las que en su momento generó El Evangelio. Les va la nota completa:

José Saramago vuelve a ocuparse de la religión en Caín, su nueva novela, que la editorial Alfaguara publicará previsiblemente a mediados de octubre, en la que redime a su protagonista del asesinato de Abel y señala a Dios "como el autor intelectual al despreciar el sacrificio que Caín le había ofrecido". Caín viajará a la Feria del Libro de Frankfurt el próximo octubre y a finales de ese mes estará en las librerías de Portugal, América Latina y España, donde ver la luz también en catalán. Será en Lisboa, en su presentación mundial, donde el Nobel hable por primera vez de su nuevo libro, pero desde su casa de Lanzarote, donde pasa el verano y ya prepara las maletas para volver a Lisboa, ha explicado a través del correo electrónico que lo que ha querido decir con Caín es que "Dios no es de fiar. ¿Qué diablos de Dios es éste que, para enaltecer a Abel, desprecia a Caín?".
Casi 20 años después de su discutido libro El evangelio según Jesucristo, que fue vetado por el Gobierno portugués para competir por el Premio Europeo de Literatura, el Nobel luso hace un irreverente, irónico y mordaz recorrido por diversos pasajes de la Biblia pero no teme que vuelvan a crucificarle. "Algunos tal vez lo harán -explica Saramago-, pero el espectáculo será menos interesante. El Dios de los cristianos no es ese Jehová. Es más, los católicos no leen el Antiguo Testamento. Si los judíos reaccionan no me sorprenderé. Ya estoy habituado. Pero me resulta difícil comprender cómo el pueblo judío ha hecho del Antiguo Testamento su libro sagrado. Eso es un chorro de absurdos que un hombre solo sería incapaz de inventar. Fueron necesarias generaciones y generaciones para producir ese engendro".
José Saramago no considera este libro su particular y definitivo ajuste de cuentas con Dios -"las cuentas con Dios no son definitivas", dice-, pero sí con los hombres que lo inventaron. "Dios, el demonio, el bien, el mal, todo eso está en nuestra cabeza, no en el cielo o en el infierno, que también inventamos. No nos damos cuenta de que, habiendo inventado a Dios, inmediatamente nos esclavizamos a él", explica el autor. Niega que la cercanía de la muerte, hace ahora un año debido a su enfermedad, le hiciera pensar más en Dios. "Tengo asumido que Dios no existe, por tanto no tuve que llamarlo en la gravísima situación en que me encontraba. Y si lo llamara, si de pronto él apareciera, ¿qué tendría que decirle o pedirle, que me prolongase la vida?".
Y continúa Saramago: "Moriremos cuando tengamos que morir. A mí me salvaron los médicos, me salvó Pilar (su esposa y traductora), me salvó el excelente corazón que tengo, a pesar de la edad. Lo demás es literatura, y de la peor". Hace un año, el escritor sorprendió a sus lectores por la ironía y el humor que destilan las páginas de El viaje del elefante (Alfaguara) y que ahora vuelve a con Caín. Para él es un misterio. Y reflexiona: "No fue deliberado ni premeditado, la ironía y el humor aparecen en las primeras líneas de ambos libros. Podía haberlo contrariado e imprimirle un tono solemne a la narrativa, pero lo que está me vino ofrecido en una bandeja de plata, sería una estupidez rechazarlo".
El escritor empezó a pensar en Caín hace muchos años, pero se puso a escribirlo en diciembre de 2008 y lo terminó en menos de cuatro meses. "Estaba en una especie de trance. Nunca me había sucedido, por lo menos con esta intensidad, con esta fuerza", rememora. Saramago, que una vez escribió que "somos cuentos de cuentos contando cuentos, nada" y así sigue viéndose, escribe más y más rápido que nunca (tres libros en un año), quizás como la mejor manera de seguir vivo. "Es verdad. Tal vez la analogía perfecta sea la de la vela que lanza una llama más alta en el momento en que va a apagarse. De todos modos, no se preocupen, no pienso apagarme tan pronto", sentencia. En su blog (blog.josesaramago.org ) aparece hoy el anuncio de la nueva novela, una suerte de tráiler del libro y una carta de la presidenta de la Fundación Saramago, Pilar del Río, en la que anuncia a los lectores del Nobel que este Caín no les dejará indiferentes.

domingo, 23 de agosto de 2009

Otro par al premio: Baba y El Viejo

Sigue animándose nuestro I Premio de Relato Corto mimalapalabra 2009. Han llegado 4 cuentos más, correspondientes a dos participantes que, por primera vez desde que arrancamos con esto, no son originarios de San Pedro Sula ni viven en esta ciudad. El primero de ellos, "artista cuando amanece de vena" y médico, nos envía desde Santa Bárbara dos microcuentos (uno de los cuales es escandalosamente corto) titulados "Honduras, madrugada del domingo 28 de junio de 2009" y "Golpe" bajo el seudónimo Baba. El segundo participante, El Viejo (seudónimo), licenciado en Letras y profesor de Educación Media, se suma a nuestro premio desde La Ceiba con los cuentos "Fragmento" y "Complacencia".
Recuerden que la recepción de los trabajos continúa hasta nuevo aviso y que las bases del premio pueden ser consultadas dándole clic a este enlace: http://premio.mimalapalabra.com/ o entrando en la ventanita de color naranja que se ve aquí a la derecha.

martes, 18 de agosto de 2009

¿Pynchon, best seller?

Thomas Pynchon en un capítulo de Los Simpson.
En una nota leída ayer en El País el periodista Eduardo Lago afirma que hasta los escritores sin rostro se pasan a los 'best seller'. Esto en alusión a la última novela del norteamericano Thomas Pynchon, Vicio innato, que actualmente ocupa el lugar 31 en la sección de libros de Amazon, o sea: consolidado como auténtico best seller, sabiendo lo que significa aparecer en esa lista. Pero no hay que alarmarse, porque la afirmación de Lago es un tanto irónica, y si bien apunta que en esta última obra del inencontrable Pynchon la extensión no supera las 400 páginas, "la cronología es lineal, la estructura manejable y el argumento se puede seguir casi siempre", no significa que nos vamos a topar con otra novela zafoniana o con otra historia de sectas secretas y misterios davincianos. No, lo que ha sucedido es que Pynchon es un poco más condescendiente esta vez y en lugar de construir otra obra compleja y de difícil lectura, lo que hace es ofrecernos una novela "rebosante de encanto y humor, como corresponde a una época anterior a la pérdida de la inocencia, abundan el sexo, las drogas y el rock and roll. Hay surferos, conspiradores, rubias platino, contrabandistas, bailarinas de strip-tease, estafadores y más, todo un reparto que sólo una imaginación como la de Pynchon puede concebir. Las nuevas generaciones de lectores están de suerte: el misterio de la más alta forma de literatura a su alcance. Un autor que se carcajea del sistema. Y encima vende".

domingo, 16 de agosto de 2009

Valdez y su Barrabás al premio mimalapalabra

Por fin nos llega a nuestro I Premio de Relato Corto mimalapalabra 2009 una participación desde Tegucigalpa, aunque el remitente dice que si nació ahí es sólo porque "se equivocó la cigüeña" ya que en realidad es sampedrano. Pero esta objeción no borrará la saludable estadística del primer participante proveniente de la capital. Se llama Gerardo Valdez y prefiere no usar seudónimo, y su cuento, que podría competir en brevedad con el del dinosaurio de Monterroso, se titula: "Liberen a Barrabás, Queremos la Paz…".
Así que el número de participantes sigue en aumento. Lo que no vemos que aumente es la cuantía del premio, que actualmente anda por los 1,500 lempiras, pero confiamos en que aparezcan las almas puras y nobles con su lempirita de arena.
Las bases completas del premio pueden leerse pinchando en este enlace: http://premio.mimalapalabra.com/.
¡Seguimos resistiendo!... y escribiendo.

El género abandonado

El afiche de Atrapado en el tiempo (En Latinoamérica se tituló El día de la marmota) de Harold Ramis.
Sin dejar a un lado la seriedad, que va implícita en la crítica, Javier Marías nos recuerda en este artículo que en los tiempos que corren ya casi no hay espacio para la buena comedia (para la comedia seria, podríamos decir) y en cambio, saltan como grandes exponentes del género tipos ridículos como Ben Stiller o Adam Sandler. Por otra parte, habla de ese cine que se autoinyecta excesos de drama sólo para que la crítica lo tome en serio. Buen artículo. Lo tomo de Babelia. Aquí les va:
Pese a ser libros graciosos algunas de las obras maestras indiscutidas de la literatura universal -El Quijote, Tristram Shandy, El sueño de una noche de verano, Alicia en el País de las Maravillas y hasta Los viajes de Gulliver-, el humor y la comedia no gozan de mucha reputación entre los críticos y estudiosos actuales. Es como si cualquier asunto, por importante que sea, resulte "rebajado" si es acometido con ligereza y con ironía y sin aspavientos, y en cambio el tono grave y campanudo venga inmediatamente premiado, aunque los asuntos que con él se traten sean baladíes o trillados o impostados. Lo peor -lo que hace pensar que estamos ante una tendencia general de nuestro tiempo, que no se limita a lo literario- es que con el cine ocurre lo mismo. Es sorprendente comprobar cómo en una época que se presume menos ingenua que cualquier otra anterior -bueno, el presente siempre cree eso-, los críticos y los espectadores son más fáciles de engañar que nunca, y cómo el "gesto" de los autores -sean literarios o cineastas- acaba predominando sobre lo que en verdad dicen sus obras. Alguien presenta su nueva película como "muy profunda" o "muy desgarrada", como "coral y mestiza", como una "denuncia" de esto o lo otro, como "una reflexión sobre las miserias del ser humano contemporáneo", y acto seguido parece como si casi nadie fuera capaz de distinguir lo anunciado por ese autor de lo que contempla luego en la pantalla. Se supone que la misión de los críticos es justamente esa, distinguir sin dejarse persuadir por la grandilocuencia, pero ya casi nunca lo logran. Si una película tiene el ademán ampuloso, o se ocupa con enorme solemnidad de un tema "serio" -el paro, el maltrato a las mujeres, la explotación de los países pobres, el Holocausto, la eutanasia, algo social a poder ser-, al instante se califica tal película con dos de los adjetivos más falaces y tontos de cuantos se tienen a mano, a saber: "necesaria" e "imprescindible". Falaces y tontos porque no hay ninguna obra de arte -ni siquiera del pasado- que sea una cosa ni la otra. Es cierto que el mundo no sería el mismo si no hubiera habido literatura ni cine, pero sí lo sería si no hubiera existido la obra de cualquier autor determinado, con las posibles excepciones -sólo posibles- de Shakespeare y de John Ford, los cuales, dicho sea de paso, cultivaron la comedia, y no sólo como género, sino que la hicieron aparecer también, aquí y allí, en sus mayores tragedias. O, expresado de otro modo, nunca se permitieron presentar éstas con el gesto ampuloso. El que es bueno de verdad nunca lo necesita. Sólo lo necesita el farsante.
Ahora pasan por comedias obras que carecen de varios de los elementos del género: elegancia, ausencia de subrayados y alegría
Hay comedias que dejan huella. Uno las ve con una sonrisa emocionada. ¿Hace cuánto tiempo que eso no nos sucede?
Se aplauden incondicionalmente películas solemnes y huecas como las de Lars von Trier o González Iñárritu o hace ya más años la horrenda El piano de Jane Campion, por no hablar de españolas como Mar adentro, Los lunes al sol o alguna de Medem, y las loas son tan unánimes y conminatorias que quien no se suma a ellas es visto como un hereje. Les llueven los premios y el reconocimiento, por lo que no es nada extraño que los cineastas con ambiciones artísticas no se atrevan a rodar jamás una comedia. Las que se hacen son estrictamente comerciales, facilonas y chuscas, es decir, sin ambiciones, cosa que sí tenían las comedias clásicas auténticas, las de Billy Wilder y Lubitsch y Capra, las de Donen y Cukor y Minnelli y Edwards, las de Hawks y Leisen y Chaplin, las de Dino Risi y Comencini en Italia, las de Mackendrick y Crichton en Inglaterra, las de Berlanga y Ferreri en España. Las suyas son comedias profundas, si la combinación es aceptable -y no veo por qué no-, que maravillan por su ingenio y su ritmo y su gracia, pero que además no se olvidan nada más salir de la sala. El apartamento y Primera plana y El bazar de las sorpresas, Ser o no ser y La fiera de mi niña y Luna nueva, Desayuno con diamantes y Mi desconfiada esposa y Página en blanco, La escapada y Todos a casa, El verdugo y Bienvenido, Mr. Marshall, todas ellas dejan huella y emocionan, a la vez que divierten sin cesar y arrancan de vez en cuando la carcajada. Uno las ve con una sonrisa en el rostro, pero es una sonrisa emocionada. ¿Hace cuánto tiempo que eso no nos sucede? Extrañamente, sólo hay retazos de aquello en películas con cierto humor de mala sombra, como algunas de Tarantino o de los hermanos Coen.
Ahora pasan por comedias obras que carecen enteramente de varios de los elementos característicos del género: la elegancia, la ausencia de subrayados, la sutileza, la complicidad de buena ley con el espectador, y por supuesto la alegría, aunque fuera una alegría melancólica a veces. Pasan hoy por comedias memeces rudimentarias como Sexo en Nueva York o Guerra de novias, por mencionar dos que me he tragado hace poco, cosas amorfas y ñoñas, sin guión y sin encanto. También pasan por tales las películas que protagonizan una serie de "cómicos" detestables y sin atisbo de gracia que no comprendo cómo tienen éxito: Ben Stiller, Adam Sandler, Will Ferrell, Rob Schneider, los ya veteranos y sosísimos Steve Martin y Jim Carrey, y el más reciente y abominable, un tal Seth Rogen que al parecer hace reír a los jóvenes "modernos" (?). Hasta Woody Allen ha recurrido a algunos de ellos en un par de ocasiones, y no sé qué es más deprimente, si tal rebajamiento o su caída en el más absoluto ridículo en cuanto ha puesto una cámara en España. Y, dicho sea de paso, es significativo que a Allen le lleguen los mayores elogios cuando se pone trascendente, como en la tramposa y autoplagiaria Match point -una pobre variación de Delitos y faltas-, y abandona la comedia. Otro tanto puede decirse respecto a Clint Eastwood: cuanto más tremendista y afectada es la historia que cuenta, como en Mystic river o en Million dollar baby, más parabienes recibe, mientras otras películas suyas menos pretenciosas y severas y "griegas", como Deuda de sangre o Gran Torino, son despachadas como "menores" rápida y despectivamente. Parece que vivamos en un mundo pomposo y dramático y grave, en el que no tienen cabida la gracia ni la ligereza.
Nada, pues, incita a hacer comedia, menos aún alta comedia. En cuanto un actor o una actriz interpretan un papel de loco, o de idiota, o de ciego, o de fea -si la actriz es guapa-; si hacen el histérico en la pantalla, o aparecen en ella desgarrados o histriónicos, o imitando a un borracho o a un drogadicto o a alguien real con una nariz postiza, o poniendo acentos raros, se los premia en el acto con un Oscar: es algo sabido que, cuanto peor y más exagerado y risible esté un buen actor en un film, más posibilidades tiene de llevarse la ignominiosa estatuilla. En cambio, lo que es casi seguro es que no la conseguirá jamás nadie por su actuación en una comedia, y sólo así se explica que nunca la obtuviera uno de los mejores intérpretes de la historia, Cary Grant, y que Jack Lemmon sólo la alcanzará como principal por un pesadísimo y mediocre papel dramático: el pecado de ambos fue participar en demasiadas películas de ese género hoy casi abandonado y que sin embargo, a los que aún crecimos con él, nos enseñó algunas de las mejores lecciones. Una de ellas, por cierto, fue no ir por la vida como van tantos críticos y espectadores de este siglo nuevo -con la solemnidad pintada en la frente-, y saber que en todas las situaciones, hasta en las más tristes y dramáticas, siempre hay algo que nos hace gracia, y que así nos alivia o nos salva.

sábado, 15 de agosto de 2009

Homo homini lupus

Fuente: blogs.clarin.com

Por Marco Antonio Madrid

Se puede engañar a algunos todo el tiempo, y a todos algún tiempo, pero no se puede engañar a todos todo el tiempo.
Abraham Lincoln.
Después de conquistar la ciudad, el califa Omar llegó a la biblioteca y pensó: si estos libros ya están contenidos en el Corán, son innecesarios. Si no están en el Corán, son heréticos. Y mandó a quemar la biblioteca de Alejandría por superflua o por hereje.
En Honduras, Roberto Micheletti afirma que el pueblo eligió al Congreso y el Congreso lo nombró a él presidente. Por consiguiente, ha sido electo por el pueblo. Es claro que tanto el razonamiento dubitativo del califa como el silogismo del golpista son errados por provenir de premisas falsas. No hay ningún numeral del artículo 205 de la Constitución que señale la elección del presidente de la República como atribución potestativa del Congreso Nacional. “El presidente y tres designados a la presidencia de la República serán elegidos conjunta y directamente por el pueblo por simple mayoría de votos”, anuncia de manera taxativa el artículo 235 de la Constitución. Micheletti sabe esto, pero prefiere porfiar compulsiva y patológicamente en la mentira.
Una mentira muy bien argumentada puede pasar por verdad y una verdad puede transformarse en mentira, ya que el hombre es la medida de todas las cosas, decían con cierto grado de inmoralidad los antiguos sofistas a los que Aristóteles acusaba de hacer dinero con una ciencia aparente, y a los que Sócrates combatió afirmando que si el hombre es la medida de todas las cosas, no es por su individualidad variable y egoísta, sino por su razón universal. No es que quiera afirmar aquí que Micheletti y sus adláteres sean Protágoras, Gorgias o Hipias de Helis. No: los sofistas por lo menos fueron útiles al desarrollo de la filosofía y los golpistas son sociópatas, mercaderes de oro y de almas, seguidores de aquella máxima del nazismo: “Repite una mentira cien veces y pasará por verdad”.
Mientras algunos banqueros oligarcas pagan a empresas gringas por cabildear –hacer lobby- a favor del golpe de Estado dentro de las esferas políticas en Washington, otros se afanan en construir y propagar mentiras, como el caso patético de Ramón Bermúdez –no escribo Villeda para no ofender la memoria de su padre-, que con pluma ociosa acaba de publicar 14 disparates a los cuales llama razones, y con los que fallidamente procura justificar lo injustificable –sólo para él y sus compadres lo del 28 no fue un golpe-. En otro artículo habla de tapas, maras y tupamaros, quedándose muy en la superficie, sobre todo en el concepto de maras, ya que estos jóvenes pandilleros y sus actos delictivos tienen su asidero principal en la injusticia, en la inequidad social provocada por las otras maras, las de cuello blanco, la de los políticos que han vivido siempre del Estado, maras a las que Bermúdez pertenece y, como es normal, defiende. Hugo Chávez nada tiene que ver con que Honduras sea el feudo particular de cinco o siete familias de mareros de cuello blanco, Hugo Chávez nada tiene que ver con el atraso, la miseria y la pobreza histórica en nuestro país. Pretender que Hugo Chávez es el responsable de la crisis actual es a todas luces un razonamiento falaz para continuar enarbolando la mentira más utilizada antes y después del golpe de Estado.
En una entrevista concedida recientemente a un periódico español, el cardenal afirma: “La Constitución dice con mucha claridad que el jefe de Estado que proponga un cambio para poder seguir en la presidencia cesa de inmediato en su cargo”. Hay millones de hondureños que quieren una nueva Constitución, hay otros que no la quieren. Ésta es una realidad que nadie puede obviar ni soslayar. Y cuál es la forma civilizada de dirimir una disputa en democracia sino la votación libre. Eso intentó hacer el Gobierno, pero los oligarcas y seudocristianos eligieron la vía incivil, la de las armas del gorilato. En noviembre, el pueblo elegiría, además de alcaldes y diputados, un nuevo presidente. Si hubiera ganado el sí, la Constituyente habría sido instalada por un nuevo mandatario. ¿Dónde está entonces el continuismo? ¿En la reelección presidencial definida y aprobada por una nueva Constitución? ¡Pero si las mismas posibilidades tendrían Callejas, Maduro, Facussé y los otros representantes de la burguesía!
Creo que en el fondo lo que existe es miedo al voto popular, ya que los ex presidentes y posibles candidatos oligarcas son repudiados por el pueblo. No quisieron correr el riesgo pues se acordaron de las derrotas de los oligarcas en Venezuela, Bolivia y Ecuador y en vez de las urnas optaron por las armas. En la misma entrevista, el cardenal califica como una turba a los hondureños que acompañaron al presidente Manuel Zelaya a la base aérea donde estaba el material electoral. A las manifestaciones de los blanquitos las llama marchas o marchantes por la paz. Note usted la diferencia entre las cargas semánticas de las palabras turba y marcha. Es el concepto que este “hombre de Dios” tiene de los pobres.
El obispo Darwin Andino declara que las muertes ocurridas en Honduras a manos de las fuerzas represivas del Estado “no son nada al compararlas con los muertos en China y Nigeria que suman más de 200 y 300 sólo en una semana”. Creo que estas declaraciones del obispo no precisan de ningún comentario, pues sus palabras traslúcidas dejan al descubierto el pensamiento piadoso de esta otra “alma del señor” y émulo del cardenal.
Rafael Pineda Ponce -auténtico continuista que se ha hecho longevo usufructuando el poder político en Honduras- afirma que “Insulza nos juzgó y nos condenó sin oírnos y sin vencernos en juicio”. Como si a Manuel Zelaya, siguiéndole el debido proceso, lo vencieron en juicio. Lo sacaron a punta de rifles y ahora el anciano pide cacao. ¡Vaya descaro! Muy inclinados son los viejos al vicio de la mentira, decía Shakespeare.
“Nadie por grande que sea su cargo puede estar por encima de la ley”, repite otro golpista con aire sentencioso y alto grado de cinismo. Como si los hondureños no supiéramos que en nuestro país ningún ciudadano puede enfrentar con las leyes a alguien con poder político y sobre todo económico.
Las fuerzas represivas del Estado se vuelven cada ves más fascistas, infiltran las marchas de la resistencia para causar desorden y poder reprimir abiertamente, usan de carnada al vicepresidente del Congreso sacándolo de paseo entre los manifestantes, luego lo ”rescatan” previa foto que ha de salir publicada otro día en la primera plana de los periódicos golpistas.
Utilizan los bajos del Congreso como prisión, lanzan gas pimienta sobre la cara de mujeres indefensas, golpean a periodistas extranjeros, maltratan a niños y ancianos, vejan, mancillan, ultrajan… Cuánta razón tenía el maestro Eliphas Levy al sostener que la afirmación absoluta del desorden y el mal es esencialmente la mentira.

viernes, 14 de agosto de 2009

La eterna queja de la novela de género

Ya sé que no hay mejor novela negra que la que a diario se escribe en H (aunque en ésta algunos no quieran darse cuenta de cuál es el verdadero crimen, quiénes son los detectives y quién el verdadero culpable), pero para ir relajándonos un poco, al menos aquí, en donde yo estoy, océano de por medio, copio y pego el último artículo del escritor colombiano Juan Gabriel Vásquez en elespectador.com, que habla, a partir de una declaración del novelista irlandés John Banville, de las diferencias entre la novela estrictamente literaria y la novela negra. Advertencia: no confundir novela negra con novela de garífunas, como alguna vez le ocurrió a un escritor archifamoso de H.

El irlandés John Banville, uno de los grandes novelistas vivos, armó el otro día un escándalo descomunal en un festival de novela negra al que lo invitaron.
Los lectores sabrán que Banville, el autor de obras maestras como El intocable o Imposturas, tiene además un seudónimo, Benjamin Black, bajo el cual escribe novelas de género: un crimen, un detective, un culpable. Pues bien, le preguntaron a Banville qué diferencia había entre la escritura de novelas literarias y la de novelas negras. Y la respuesta fue así: mientras que John Banville logra escribir esforzadamente cien palabras al día, Benjamin Black puede llegar a dos mil. Para los testigos, la idea implícita fue muy clara: las frases de Black son menos importantes. Y otra vez fueron y vinieron las quejas: que por qué la novela negra es menospreciada por los escritores literarios, que por qué la novela negra no recibe la misma atención de la crítica. Etcétera. Etcétera. Un largo etcétera.
La queja ya comienza a sonar a pataleta de niños malcriados. Porque no hay novelas literarias por un lado y novelas negras por el otro, así como no hay novelas literarias por un lado y novelas de ciencia ficción por el otro: hay simplemente buenas y malas novelas. Este argumento puede sonar a perogrullada, pero es notable la poca frecuencia con que se admite. La novela de género, precisamente por serlo, suele abusar de la fórmula; y no sólo de la fórmula estructural —un crimen, un investigador, un culpable—, que es lo mínimo que su comprador tiene derecho a esperar, sino también de la fórmula verbal: ideas recibidas, emociones desgastadas, clichés del pensamiento pero también del comportamiento. Meros guiones de cine sin el rescate de las imágenes, como dice Cortázar en alguna parte.
Y admitámoslo: en el mundo de la novela negra, estos ejemplares son mayoría. Los que se quejan suelen sacar el argumento de que existen en la novela negra nombres como Raymond Chandler o James Ellroy, y por lo tanto el menosprecio es injusto. Pero eso no es sino la confirmación de que la queja no tiene ningún sentido: una novela de Ellroy (o de John Le Carré, para ir a otro género) es inmediatamente saludada por la crítica más esnob en cualquier parte del mundo. La razón es simple: son buenas novelas. Son novelas que, para resumirlo de manera más bien grosera, nos dicen cosas que no sabíamos. La mala novela, sea o no de género, no hace más que confirmarnos lo que ya sabíamos, y lo hace además con pésima prosa, con ideas de tres al cuarto y con manipulaciones de predicador evangelista.
Pero el asunto es que estas malas novelas tienen millones de lectores. Hay allá fuera millones de lectores que sólo esperan de una novela la confirmación de lo ya sabido, e incluso, por una especie de curiosa perversión, prefieren que el sentimentalismo o las emociones baratas vengan en mala prosa. Y el error de muchos lectores “literarios” está en tratar de convencerlos de leer otra cosa. Enrique Vila-Matas lo explicó muy bien: es un error pensar que el lector de El código Da Vinci, si no estuviera leyendo El código Da Vinci, estaría leyendo, no sé, a John Banville. La verdad es otra: si ese lector no estuviera leyendo El código Da Vinci, no estaría leyendo nada. Estaría viendo Padres e hijos, por ejemplo. Y, bueno, estaría en todo su derecho.

miércoles, 12 de agosto de 2009

Primeras noticias sobre Nocilla Lab

Portada de Nocilla Lab. de AFMallo.

Los días pasan entre las horas extra del trabajo en el verano, los ratos hurtados para la lectura y las noticias siempre fuertes, asombrosas, absurdas de H. El golpe sigue golpeando, la resistencia se fortalece, la indignación crece y se multiplica. Y hoy, de entre ese cóctel de eventos rutinarios, surgen las primeras noticias sobre Nocilla Lab, la tercera parte del "Proyecto Nocilla" de Agustín Fernández Mallo, que publicará Alfaguara el mes que viene. La nota es de Público y de ella dejo sólo la primera parte, con el ánimo de que ustedes, permitiéndose hurtarle una pausa al vértigo político, se vayan a leerla completa.

Han pasado tres años desde que Candaya publicara Nocilla Dream y muchas cosas han cambiado en la vida de Agustín Fernández Mallo (La Coruña, 1967). Otras no tanto: sus personajes siguen rodando solitarios, como él, aunque en la última entrega de su trilogía, Nocilla Lab (Alfaguara), su personaje ya tiene una pareja con la que caminar largo y confiar en silencio probablemente como él. De hecho, sus personajes siguen cenando ensaladas y agua, y él verduras a la parrilla. Siempre tiene cerca un paquete de Lucky Strike, como sus criaturas, y sigue viviendo en Palma de Mallorca y trabajando en el mismo hospital.
Han sido tres años en los que ha habido de todo, desde la creación de una generación literaria a la discusión de la legitimidad de sus propuestas revolucionarias en la novela. Tres años en los que se ha leído y escrito de todo, mientras él iba soltando año a año la nueva entrega del experimento. Escribió las tres en apenas siete meses, al hilo de un accidente en Tailandia en el que se rompió la cadera. Postrado en la cama fue derivando desde la novela completamente fragmentada, como la visión de toda esa televisión que debió tragarse durante su convalecencia, a esta tercera entrega en la que la narración tiene un motivo de recorrido y un personaje en evolución.
En septiembre llegará la hora de ver cómo sienta la última nocilla a sus fieles y a sus enemigos. Quiere saber qué dirán los más reaccionarios porque en este tiempo que Agustín Fernández Mallo se ha convertido en Agustín Fernández Mallo ha tenido que escuchar y leer más de lo que pensaba: "Que no tengo ni puta idea de escribir, que lo único que sé hacer es mezclar fragmentos al azar, que no sé formar una historia, que eso lo que hago lo hace cualquiera (como aquello de Picasso y los dibujos de los niños)", se queja con cierta amargura. También durante estos años le hemos visto decir que estas críticas contra lo contemporáneo sólo ocurren en literatura, que en otras artes asumen aspectos como la hibridación de los géneros.
"Ahora seguramente dirán que cuando quiero hacer una novela de verdad es fallida, que tenían razón Hay mucha mala hostia". "No gasto un segundo en amargarme porque alguien haga algo que no me gusta. ¡Hay para todos! Tranquilidad, hombre, tranquilidad. No me ofende que haya otras cosas", suelta, con un acentazo gallego que mantiene, a pesar de estos 13 años en la isla.
En Nocilla Lab ha partido el libro en cuatro, desde toda la densidad de la palabra en la primera parte, hasta la práctica desaparición de la misma al final, momento en el que se convierte en imagen e incluye una breve historia en formato de cómic, dibujada por el grandísimo Pere Joan. Por cierto, el dibujante lleva desde enero recreando Nocilla Experience en novela gráfica, que también publicará Alfaguara.
En Lab, una pareja trama su "Proyecto" y él lo cuenta como una road-movie, aunque en ningún momento se aclare en qué consiste ese gran plan que elaboran entre los dos. La pareja participa de una búsqueda obsesiva, que se hace extenuante en los pensamientos (sin un solo punto y seguido) del personaje, que se llama como el autor del libro.

Caen en el vacío dos palabras mayores. Roberto Sosa

La palabra Democracia, hoy por hoy,

ha sido despojada de su significado.

Los hipócritas, como sólo ellos saben hacerlo,

se llenan las fauces con su nombre.

Los reaccionarios,

envueltos y dilatados por la acústica de su enorme ostra,

hablan de ella.

Impenetrables

y sin emociones, alojados dentro de la cúpula

del poder absoluto,

los asesinos y los ladrones dibujan su nombre

sobre el punto más frío de la página en blanco.

Fuera de fábula, manejado a control remoto

el cerdo mayor de la piara gruñe su nombre

y ordena

a sus hombres de presa (de preferencia en la madrugada)

la cacería y el destace

de aquellos ciudadanos sensibles a la indignación.

Ese,

el más pálido de los mercaderes del Nuevo Templo y su relámpago

-dueño y señor del pánico total-

esconde el tamaño de sus actos

detrás de la palabra Democracia.

Acorralada por un club exclusivo, Miss Universo

abre su sonrisa

de delincuente fílmica y expulsa su nombre.

El poeta-astro, el de la vista gorda color verde botella,

sale del agujero de su aldea electrónica apresurado hasta el color gris

a roer un poemita, todoazul, a los pies de la santa

Democracia.

En el mismo estado de descrédito, por razones idénticas,

ha caído en el vacío otra palabra mayor: Dios.

Roberto Sosa, Secreto Militar (1985)

martes, 11 de agosto de 2009

Jimmy Smith se apunta al premio

Hoy llegó otro texto a nuestro I Premio de Relato Corto mimalapalabra 2009. Se trata de un cuento en forma de diario (aunque para ser exacto debería decir "en forma de horario" pues lo que nos presenta es una sucesión intermitente de horas y no de días) escrito por Jimmy Smith (seudónimo, por supuesto). El título anticipa el tema: "Mandiel, Magdiel". Para no variar, también procede de San Pedro Sula.
Les recordamos que para leer las bases completas pueden darle clic al logo de color naranja ahí a la derecha.

lunes, 10 de agosto de 2009

La hora del pueblo. Helen Umaña

por Helen Umaña

Ríos humanos marchan por los cuatro puntos cardinales de Honduras. Con sandalias o botas de hule. Las camisas no lucen blancas sino mugres, sudadas, ajenas a desodorantes de refinada marca. Cientos de «chuñas» vencen distancias y, por cinco días, caminan sin cesar. Campesinos de tradición lenca desde las altas montañas del occidente. Garífunas del litoral atlántico con la rebeldía vibrando en sus ritmos y tambores. Zambos de La Mosquitia. Pechs de Dulce Nombre. Chortís del Trifinio y de la cuna de ancestro maya. Mestizos chorotegas, olanchanos, trujillanos, pateplumas, comejamos de Olanchito. Jóvenes que por primera vez han visto el rostro amargo de la represión. Profesores, taxistas y buseros. Amas de casa. Abogados, médicos y enfermeras. Sacerdotes y pastores evangélicos. Todos caminan al lado de los pobres y humillados de la tierra.

Pies llagados tras 20 o 25 kilómetros de diario recorrido. Dolores de cabeza por insolación. Músculos acalambrados. Mujeres y hombres con el cuerpo cansado, pero dueños de un espíritu que los impulsa hacia adelante. Toman un trago de agua y ahí van. A paso que dure y no que madure. Con fe en conquistar la meta propuesta. Los jóvenes esperando a los viejos. Los viejos, queriendo alcanzar a los jóvenes. Los guía un objetivo concreto: mostrarle al mundo que la Resistencia no es de unos cuantos «gatos». Mucho menos, es gente pagada o «turba» de revoltosos. Caminan y desafían obstáculos porque los guía un sueño, una esperanza. Con apabullante claridad, demandan el restablecimiento del estado de derecho, grito que resuena por las montañas y caminos del país y cuya magnitud no podrá ser ocultada por el cerco mediático levantado por la alta burguesía.

Sólo las vivencias templan el corazón humano. De la experiencia surge la claridad de la consciencia. En cada hombre o mujer que, por cinco días, camina en peregrinación hacia Tegucigalpa o San Pedro Sula, ha nacido o se ha fortificado un sentimiento de fe en sí mismos: la satisfacción de haber respondido con dignidad al atropello perpetrado por los usurpadores de la democracia.

Poseídos de una lucidez que los intelectuales de la burguesía les niegan, saben, sin sombra de duda, cuál es su meta inmediata: trazar los pasos concretos para llegar, organización y unidad mediante, a la redacción de una nueva Constitución, única opción para la restauración global del país.

De la fuerza de voluntad que se necesita para marchar bajo el sol o la lluvia y del espíritu de sacrificio implícito en más de cien kilómetros de caminata, se puede extraer una gran lección: sea cual sea el resultado de la manipulación diplomática, el pueblo hondureño se ha fortalecido y capitalizará la experiencia en futuras batallas democráticas. Gracias a los golpistas, a la velocidad de la luz, un nuevo ciudadano ha nacido en el país: el de hombres y mujeres a quienes se les ha caído la venda de los ojos y que, por lo mismo, nunca más, los políticos de oficio podrán manipular.

San Pedro Sula, 8 de agosto de 2009

enlace: http://obsesivababel.blogspot.com

sábado, 8 de agosto de 2009

Golpe al Golpe

Helen Umaña

«Nosotros estamos hechos de la misma materia de los sueños»

(Shakespeare)

El 2 de agosto, el parque central de San Pedro Sula vibró de arte y poesía. La bien timbrada voz del cantante popular recreando canciones coreadas por el público. El cuentista oral, hábil en la construcción de hiperbólicas perras, satirizando a políticos mentirosos. El poeta de versos sencillos apuntando a blancos certeros. La escritora con agudos dardos verbales explicando sus razones de inconformidad. El trazo cuestionador del caricaturista desenmascarando a funcionarios traidores al pueblo. El pintor, pincel en ristre, dibujando el rostro dolido de la patria. El tambor garífuna cantando su rebeldía. El mural con el registro fotográfico del maestro masacrado. Teatristas… Músicos… Todos, palpitando al unísono con el sentir de la mayoría de la población.

Agrupados bajo la divisa «Golpe al golpe», en honor a Roger Bados, los escritores y artistas de la zona norte realizamos un acto cultural en el cual, con esas armas intangibles pero poderosas que son los poemas, las canciones, los murales, las caricaturas y las danzas, expresamos un conjunto de sentimientos frente a la crisis social y política a que nos ha orillado la dictadura militar-empresarial. Considerando que la fractura del orden constitucional del 28 de junio constituye una bofetada a la soberana voluntad popular manifestada en las urnas y la cual le dio a Mel Zelaya un legítimo mandato como gobernante de Honduras, he aquí las razones de mi participación en «Golpe al golpe».

Solidaridad con los hondureños caídos durante la actual lucha cívica. Nos duele cada gota de sangre derramada. Vidas útiles y hermosas segadas por la furia represiva. No podemos callar o celebrar su muerte como lo han hecho otros que se proclaman cristianos. Inclusive, su bárbara inmolación ratifica nuestro compromiso con esta Honduras «magnífica y terrible».

Respeto absoluto a la dignidad del ser humano. No transigimos con el atropello o la conculcación de cualquiera de sus derechos. Sobre todo, abogamos por el respeto a la vida. Su corte brutal y violento, en un terrífico cómputo que, en este momento, amenaza con subir sus cifras al extenderse a cualquier miembro de la resistencia, nos provoca sufrimiento, repudio e indignación.

Rechazo a la cultura de la muerte. Esto implica amor a la vida que gozamos en la riqueza de sus múltiples dones (libertad, amistades, bellezas naturales, libros, música, cine….). Por lo mismo, abjuramos de todo aquello que atente contra la vida. Tanto en nosotros como en los demás y la cual también se manifiesta en la falta de pan, vivienda o salud…

Vocación pacifista. Los artistas no somos guerreristas. En Honduras y en cualquier parte del mundo aborrecemos el tableteo de las ametralladoras. Condenamos el aniquilamiento de seres humanos aduciendo falaces argumentos (paz social, democracia, terrorismo…) mediante los cuales se enmascaran los intereses económicos de una minoría insaciable y sedienta de riqueza. Guerra a la guerra podría ser la divisa de nuestro accionar cotidiano.

Amor a la libertad. Por esencia, el artista es un ser libertario. Ni en la vida ni en el arte aceptamos disposiciones arbitrarias. Rechazamos las cadenas al pensamiento y a nuestras palabras, canciones o pinceles. Por esta razón es rotundo nuestro No a la prepotencia e imposición implícitas en el golpe de Estado.

Culto a la belleza. Especialmente, la que ha sido creada por el indomable espíritu del ser humano. Pero deseamos que la misma no sólo sea patrimonio de unos pocos. Anhelamos que los sectores hasta hoy marginados puedan disfrutar de la exquisitez de un libro de versos, de un buen concierto o de una buena pintura. Pero los bienes culturales (y materiales) no nos caerán del cielo. Tienen que ser conquistados mediante un reordenamiento global del sistema social en el cual vivimos.

Es lo menos que podemos ofrecerle a la angustiada tierra en donde nacimos y cuando ya la sangre inocente ha empezado a empapar los caminos de esta hermosa «patria de la espera».

San Pedro Sula, 4 de agosto de 2009

jueves, 6 de agosto de 2009

Los días malos

Por Giovanni Rodríguez

Tengo curiosidad por saber lo que ocurrirá en las próximas elecciones generales de H. Los candidatos de los dos partidos políticos mayoritarios llegan a la contienda frotándose las manos, sabiendo (o creyendo) que sus zambullidas en este río revuelto generarán ganancia.
Esta expectativa está bien fundamentada en el caso del candidato “conservador” pues su condición de líder del partido de la oposición en el actual gobierno (¿dije “actual gobierno”? ¿A cuál gobierno me refiero? Vaya usted a saber) mantiene intactas sus aspiraciones, pero no lo está en el caso del candidato “liberal”, militante del mismo partido del derrocado Mel Zelaya y del golpista Micheletti, lo cual constituye, desde cualquier punto de vista, una enorme desventaja.
Supongo que habrán notado el uso de las comillas en las palabras “conservador” y “liberal” del párrafo anterior. Se debe a que en el fondo en H conservadores y liberales son el mismo contenido excrementicio aunque el envase se pinte de azul o de rojo. Y esto es algo que han demostrado de sobra los acontecimientos del último mes en H, que han llegado insólitamente a unir a los representantes de dos partidos políticos radicalmente opuestos, a dos ideologías contrarias, en nombre de lo que los falsos voceros de la patria se han empeñado en llamar desvergonzadamente con el eufemismo de “sucesión constitucional” pero que ya fuera de pajas se llama “golpe de Estado”.
Digo que tengo curiosidad por lo que nos traigan esas elecciones pero en realidad lo que tengo es ganas de comprobar de qué tamaño es la conciencia del pueblo, ganas de alegrarme de que por fin se haya producido la justa respuesta que necesita nuestra historia nacional o quizá tan sólo ganas de confirmar lo que siempre he pensado: que nuestro país es conformista, estúpidamente aguantador y que merece de sobra a la gente que lo gobierna.
De lo que no tengo ganas es de seguir viendo pasar estos tristes días hondureños y sobre todo verlos pasar a través de esta distancia por ahora insalvable de un océano. Porque los días malos son irremediable e insoportablemente largos y mientras uno se autoinyecta pequeñas dosis de esperanza otros se encargan de rociarnos con agua fría, o con balas.
Mientras tanto, en H ocurre mucho más del doble de lo que se suponía iba a ocurrir si Mel Zelaya continuaba en el poder. Ocurre, por ejemplo, que hay gente que muere por el delito de no estar de acuerdo con el que en este momento siente que tiene a Dios agarrado de los huevos. Ocurre también que ya nadie quiere salir a la calle porque en cualquier momento puede aparecer por una esquina un policía o un militar con ganas de encontrarle cara de “sospechoso” y hacérselo ver a garrotazos o porque el supuesto presidente de la reputapública (el mismo agarrahuevos que mencioné antes) acaba de anunciar en cadena nacional la entrada en vigencia de un nuevo toque de queda. Ocurre que es difícil no mirar al otro con ojos de respeto o de desprecio, las únicas dos vías posibles, porque parecemos no estar para medias tintas.
Tengo ganas de que llegue noviembre, o el mes que sea en que vayan a celebrarse las elecciones en H. Tengo ganas, pero ganas urgentes, de que H renazca o se hunda definitivamente. Lo que no quiero es que esta mierda se alargue, porque de seguir así nos hundiremos todos paulatinamente, así nomás, sin saberlo, creyendo que la esperanza es para toda la vida.

Ansky y López al premio mima 2009

Mientras en las calles predomina la tensión y por ratos la ley del garrote (y a veces de las balas), aquí nos relajamos un poco y les informamos que nos han llegado tres textos más a nuestro I Premio de Relato Corto mimalapalabra 2009. El primero desde San Pedro Sula, bajo el título “¡VAE VICTIS!” y firmado con el seudónimo Antonio López. Y desde La Lima, Cortés, autoría de Ansky (seudónimo bolañiano, si no me equivoco), dos cuentos más: "De la simetría y otras realidades" y "Del peligro de extinción de las especies". Se va animando la cosa, aunque esperamos todavía que nos lleguen textos de otras partes del país, porque hasta el momento todos proceden de la Costa Norte.
Hasta ahora no han aparecido nuevos patrocinadores y el monto del premio ronda los 1,500 lempiras, pero confiamos en que con el transcurso de las semanas también los Mecenas se vayan animando a participar en este certamen literario.
Y para los que aún no han consultado las bases, les invitamos a hacerlo ahí a la derecha, donde aparece el logo del premio en color naranja.
Hasta la próxima.

domingo, 2 de agosto de 2009

Vencer las utopías

El jardín, de El Bosco.

Es la segunda vez que leo de Marco Antonio Madrid un texto en prosa tan inteligente y tan bueno como sus poemas, bastante conocidos ya entre los lectores de buen paladar en H. No es extraño que Madrid, esencialmente poeta, se despache estos articulazos pues a la par de su condición de lector siempre ha estado su condición de hombre informado y analista del acontecer político del país, como bien pueden confirmarlo sus amigos cercanos, que lo ven dos veces por día tomarse su cafecito ya sea en el Expresso Americano o en la cafetería del Hotel Sula mientras lee los diarios. Sin abandonar sus fuentes griegas, Madrid analiza la situación política actual de H desde la enumeración de los verdaderos motivos del golpe y repasa los tres principales "modos de vida" del hondureño antigolpista durante el último mes: el de homo sapiens, el de homo negans y el de homo esperans. Les dejo el artículo, tomado de arlequin, mientras pienso, con algo de esperanza, que nuestro próximo "modo de vida" debería ser el de homo ludens.

"Es preferible soportar una injusticia que cometerla". -Sócrates-
Los griegos conceptuaron al hombre como un homo sapiens, es decir, un ser pensante. Ese pensamiento jamás fue concebido como una actividad superflua, sino más bien como una reflexión profunda capaz de crear y dinamizar la sociedad. De todo esto surge la noción de ley como razón, que unida al derecho (natural) es la perfecta adecuación de la norma a su fin, que es garantizar la posibilidad de la vida asociada, la posibilidad de la civilidad, de la civilización. Después del golpe de Estado del 28 de julio perpetrado con alevosía y ventaja con los consecuentes y posteriores ultrajes, vejaciones y atropellos a la dignidad humana, Honduras ha sido exhibido ante los ojos del mundo por una mara de oligarcas de cuello blanco como un país con una democracia de pantomima donde las leyes no pasan de ser tan sólo papel mojado.
Qué suerte puede esperarle ahora en este país a un simple transeúnte de la vida, a un hondureño de a pie, si el presidente de la república fue sacado a tiros de su casa no por violar la ley, como afirman los fariseos, los leguleyos y los lacayos, sino por oponerse al negocio de las térmicas, a la venta de armas –en violación de la constitución- por sociedades civiles a las fuerzas armadas. Por oponerse y cortar las compras sin licitación que hacían a las droguerías de los golpistas los gobiernos anteriores para abastecer los hospitales públicos. Por dar a las trabajadoras domésticas seguro social y un salario mínimo digno a los obreros. Por impedir la venta de indulgencias al cardenal, que recibía –desde el gobierno de Carlos Flores Facuse- vía decreto y libre de polvo y paja -sin pagar impuestos- el estipendio de 100,000 lempiras mensuales. Por arruinarles la cosecha –hacer dinero- a los pastores evangélicos quitando el suministro de “semilla” -léase dinero- que les daban los gobiernos anteriores para tenerlos a su lado. Por comprar, en una sociedad de libre mercado donde privan las leyes de la oferta y la demanda, el petróleo más barato a Petrocaribe, haciendo a un lado al pulpo de las transnacionales gringas y mandar a callar a su embajador cuando atacaba al gobierno comportándose no como un diplomático, sino como un procónsul romano. Éstas y no otras han sido las causas del golpe planeado por los halcones del Pentágono y ejecutado por sus eternos títeres.
Desde antes del golpe, los gringos ya tenían dos soluciones para la crisis. La primera, que Micheletti llegara a noviembre y le entregara en elecciones “democráticas” la presidencia a cualquiera de sus dos pupilos. Posibilidad descartada debido a la abominación que ha tenido el golpe tanto nacional como internacionalmente.
La segunda, con todo y Óscar Arias incluido, depende del retorno de Manuel Zelaya a la presidencia sin constituyente y lejos de cualquier cambio significativo. Cuando Micheletti rechaza esta segunda propuesta, recibe la llamada admonitoria del Canciller del imperio exigiendo que se plegue al pacto de San José, Micheletti, un eterno enamorado del poder, hace caso omiso a las recomendaciones y prefiere a cuenta y riesgo jugar con candela –dinamita-. Los golpistas han acusado al embajador yanqui de intromisión y estos les revocan las visas como para recordarles quien manda. Desde los filósofos griegos hasta nuestros tiempos hay una variedad de conceptos acerca de la esencia del hombre. Uno de ellos es el homo negans o la capacidad, el poder que reside en la voluntad del hombre de decir no. No a la injusticia como una autoafirmación de la vida, de la decencia. En una resistencia titánica en las calles, donde están cansados los cuerpos, mas no la voluntad, el país continúa diciendo no a los golpistas.
La otra concepción es la del homo esperans porque en el universo el hombre es el único ser que puede esperar, mas esperar no es la inmovilidad, esperar es tener esperanza y luchar por un ideal. El pueblo hondureño ha demostrado que no ha pasado las aguas del Aqueronte ni ha visto la inscripción fatal. Ha demostrado con hechos que tiene esperanzas.
Creo que negarse a la injusticia y guardar la esperanza es el camino de los pueblos para vencer las utopías, aunque continúen ladrando los perros de Pavlov en los medios golpistas, siempre serviles y genuflexos al sonido de la campanilla de sus amos. Esto –como escribió el poeta Molina en su prosa “Excélsior”- aunque los réprobos y malvados se multipliquen como los peces del mar y los insectos de la tierra.

sábado, 1 de agosto de 2009

Dos más a nuestro premio de relato corto

Además de remitirlos al logo color naranja de ahí a la derecha, que a su vez remite a las bases del I Premio de Relato Corto mimalapalabra 2009 (cortesía de Bayron Benítez), les comunicamos que hemos recibido dos textos más para el concurso, ambos provenientes de San Pedro Sula. El primero se titula "Ceguera Blanca" y su autor se identifica con el seudónimo Sílfide. El segundo, obra de Xatruch Morazán (seudónimo), está titulado "Crónica de la monotonía golpista". Entonces ya son cuatro los autores que han decidido llevar a la ficción los acontecimientos políticos del momento en H. Miento, porque ya lo había hecho Xalli en una entrada anterior de este blog y porque, como bien apunta Bayron en el último correo que nos envía, Micheletti pasará a la historia como el primer creador de ficciones en torno al golpe de Estado, pues afirma que el propio golpe es ficción, que la represión es ficción, que lo del "cerco mediático" es ficción, que los muertos y heridos hasta el momento son puritita ficción. Todo es ficción para Mich. ¿Considerará también ficción la agarrada a pija que recibirá cuando todo esto acabe? Pero ya dejemos al buen Mich, personaje interesantísimo para la ficción, y ocupémonos, para liberar estrés, de este premio literario cuya cuantía actualmente ronda los mil quinientos lempiras pero que esperamos siga en aumento.
Los invitamos entonces a consultar las bases del premio, a promoverlo entre sus amigos y conocidos y a enviar sus cuentos, de entre los cuales publicaremos el ganador y unos cuantos finalistas probablemente en una sección especial de nuestra página web que en estos momentos está en construcción y que albergará nuestra revista y nuestra editorial.
Y recuerden: ¡a la mierda los golpistas!