lunes, 11 de mayo de 2009

14-X

Foto de Lewis Hine
Foto de Dorothea Lange
Foto de Gordon Parks

14-X

Vivimos de amor y con amor,

de la fe nos mantenemos,

de la esperanza que nos sostenemos

verdaderamente pobres de solemnidad

de las cosas de la tierra. (El mundo

es otra cosa.) Vivimos de caridad

sin comprarnos nada regalándonos todo.

Vivimos de la caridad, de por vida suya,

de la caridad de vida de por vida.

Nada nos sobra. Nada nos hace falta.

Nuestra abundancia colma los veranos

para los otoños y los inviernos pálidos.

No conocemos otro cielo más que éste

que a lo mejor es el único,

el mismo que da sobre esta parda ciudad

la comba ala de su pájaro azul

reclinando de tarde en tarde

la bella cabeza sobre nuestra cabeza alzada

en alto, en vilo, rozándose.

Entre nos hablamos de tus ojos,

de tus manos mías, de mi frente tuya,

de tus zapatos y mi camisa,

de las sábanas con nombre tuyo y mío,

en monograma;

de las dificultades para mantener

siempre limpia la casa

con tanto polvo afuera,

silenciosa con tanta bulla de carros,

fresca ante tanto calor

y seca entre tanta humedad.

De lo caro de los víveres, la subida

de precios, los impuestos,

el alto costo de la vida.

De los poco amigos que tenemos

pero buenos como el pan y escasos

como los buenos libros, y hasta

de lo desconocido. De los mismos

gratos recuerdos que sólo a nosotros

hacen gozar porque somos

nosotros mismos; de lo que hicimos

este año y de lo que haremos

en el próximo; del sueño que tuvimos

y resultó verdad. De los niños

que se pierden en la plaza,

de los jóvenes que se embriagaron

antes de que comenzara la fiesta

y no se dieron cuenta,

y de aquella que se volvió triste

bajo la lluvia; del baile que no hubo

porque no había luz,

y de la vieja lámpara

que hicimos funcionar en la tiniebla

hasta que nos halló el alba,

en nuevo día,

solos uno en el otro,

los dos en nubes en verdadero música

bailando enamorados.

Del juego que iba a haber

y era mentira. De la muchacha

que encontraron muerta

y no se supo quién era. Del joven

que con varios amigos tuvo un accidente

fatal pero sobreponiéndose los llevó

a la clínica, llamó a los padres

y se fue a su casa

a darse cuenta con su madre

que iba muerto.

Edilberto Cardona Bulnes, Jonás, fin del mundo o líneas en una botella (1980)

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