viernes, 5 de septiembre de 2008

No rendirse a la poesía

Fotografía de Armando García
Gustavo Campos presentó en la librería Liser su poemario Desde el hospicio, un texto de más de cien páginas donde la poesía, transformada en una especie de monstruo, se alimenta de los poetas.
Es el segundo libro de poemas que publica Campos, quien ha pertenecido a los colectivos mimalapalabra y Poetas del Grado Cero. Antes sacó a luz Habitaciones sordas (Letra Negra, Guatemala, 2005), pero también es creador de un libro hermano de los dos anteriores: Bajo el árbol de Madeleine, del cual leyó también algunos poemas ante el público que asistió a la velada literaria.
Durante su presentación se refirió a su lectura compulsiva de la obra de escritores enfermos de literatura, de esos "que andan de ladrones en infiernos clandestinos robando bellezas literarias. Y Desde el hospicio nació así, por obsesiones e insomnios. Pero estando en esas se me cayó la venda, y vi a la poesía tan jactanciosa y cínica, burlista y puta, y al pobre creador torpe y esperanzado, creyente y adorador de esa bestia. Y bien, algo pasa acá, me dije, no es posible que uno se arrodille ante el arte o ante la poesía misma, ante la santísima poesía de Calcuta".
También dijo que "esos tres libros, junto al relato Los inacabados (tercer lugar premio Hibueras 2006), reflejan mi vida, mis lecturas, mis obsesiones, mi propuesta de esa primera juventud que terminó lautremonianamente a los 23 años, en enero del año pasado".
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1 comentario:

Gustavo dijo...
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