El narrador peruano Enrique Prochazka
El más reciente libro de Vila-Matas, Dietario voluble, quedaría muy bien siendo publicado por partes, tal como él asegura que lo escribió, en un blog como éste, pero como ni hay tiempo suficiente ni quiero meterme en problemas con Anagrama, sólo reproduciré aquí, de vez en cuando, algunos fragmentos. El primero es el que sigue y en él Vila-Matas nos descubre a un narrador peruano que, al parecer, le escribe a "los intelectuales". Si quieren seguir la historia completa, la encontrarán en el blog PUENTE AÉREO dándole clic aquí
Hace unos días entré en un diario-blog peruano de carácter literario y ese blog me llevó a otro, y acabé entrando en un tercer blog, también peruano y literario, el del escritor Gustavo Faverón. Ahí se decía lo siguiente acerca de un narrador peruano con apellido de jugador de fútbol polaco, Enrique Prochazka:
"Tengo una hipótesis un tanto agresiva sobre su falta de éxito comercial. Ls textos de Prochazka exigen un lector entrenado y que maneje muchos referentes, y nunca tendrán ventas millonarias. Pero en el Perú nadie las tiene. Escribiéndole sobre todo a la intelectualidad, Prochazka reduce su público infinitamente. Pero si sus ediciones, pequeñas en cantidad, no se agotan, se debe a que ni siquiera nuestra intelectualidad está muy interesada en leer literatura demasiado inteligente."
Pensé en el aislamiento de algunos escritores peruanos que no cuentan con editoriales que les hagan cruzar fronteras. Y me demoré algo más pensando en lo que decía Ricardo Piglia en una entrevista mexicana en la que le preguntaban si se sentía a salvo de la tentación del éxito: "A veces digo en broma que el éxito es el gran riesgo de los escritores actuales, en el siglo XIX el fracaso era el problema."
Y, bueno, algo más tarde olvidé todo esto, hasta que días después me encontré con la respuesta de Prochazka en uno de los blogs peruanos y leí fascinado: "Abrigo la teoría de que uno tiene éxito porque se agita como loco, o logra que los demás se agiten como locos por uno, o bien los demás lo obligan a uno a agitarse como loco. Según esta noción a mis textos les sucede lo que les sucede porque yo no me agito. De hecho escribir estas líneas ya me parece acercarme demasiado a la visibilidad y al agitarse, si bien levemente. "Prochazka reduce a su público infinitamente": sí. Y también el contacto con las personas. Vivo en una especie de distante Sydney del espíritu, que se llama Lima. Camino un sábado por la noche de Magdalena a Chacarilla, pasando por todos los sanantonios y centrosculturales y cafés, y literalmente no conozco a nadie, y nadie me saluda ni conoce mi cara. Me borré en paz, hace años. Entro al Virrey lleno de clientes, compro un libro, dos libros, salgo del Virrey: nadie sabe quién soy. Me borré..."
Enrique Vila-Matas, Dietario voluble.
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