sábado, 25 de julio de 2009

Parte del agente Olivo Joya Green

Fuente: goldini.com

Alfredo Xalli nos envía esta carta escrita por un agente de la Policía Nacional cuyo nom de guerre remite precisamente al "noble amante de Julieta" de la dedicatoria. Con esta publicación iniciamos la promoción de un premio al mejor relato corto sobre los acontecimientos relacionados con el golpe de Estado del 28 de junio. En breve estaremos publicando las bases del premio, que tendrá como compensación una de las novelas de Roberto Bolaño (o quizá más), según la suma de los "chinchuntes" de la caja chica de mimalapalabra. También confirmaremos si las librerías sampedranas aceptan patrocinar esta iniciativa. De momento, los invitamos a preparar su relato corto (no más de dos cuartillas a doble espacio en letra Garamond 12 puntos) y enviárnoslo en cuanto esté listo a una dirección de correo electrónico que habilitaremos para la ocasión.

Viernes 3 de julio de 2009
Al noble amante de Julieta
Después del zafarrancho del día de ayer 2 de julio me dirigí a la primera estación para aplicarles un sustito a los cabeza calientes seguidores del sombrerudo MZ. Hay que meterles miedo para bajarles lo revoltoso. No quiero perder la ocasión para informarle que por poco los milis me confunden con uno de los del bloque popular, pues como usted me lo ordenó, me infiltré entre los manifestantes y me las ingenié para agitar a un grupo de chavalos y comenzar la fiesta con palos y piedras. Como usted estará al tanto, la misión tuvo éxito al 100 por ciento. La poli y los milis, como titularon hoy los aleros de La Prensa, “recuperaron el parque central”. Le confieso que he rejuvenecido y me siento como en los viejos tiempos cuando armamos aquellos grandes vergueos. Le juro mi Julieta, no esperaba andar más en estos trotes. Pero le agradezco esta oportunidad para prestar mi humilde servicio.
Después me dirigí a mi casa para cambiarme de ropa y descansar porque el humo que tiraron los antimotines me jodió un poco los ojos. Además -le confieso- eso de andar para arriba y para abajo con esos seguidores de MZ no es cosa fácil. Tienen duro el pellejo y están metidos en el rollo que los milis dieron golpe de Estado. Me permito expresarle una humilde sugerencia: mueva sus conectes y que bombardeen más a la población con esa onda de la sucesión presidencial. Usted y yo sabemos que este pueblo tiene complejo de perico y con unos días de feroz propaganda van a andar repitiendo “sucesión presidencial... sucesión presidencial...”.
A las 2100 salí con el agente Ricky para merodear por la colonia donde vive el Poeta Cerote. Todos estos días pasados lo he visto repartiendo boletines subversivos en las manifestaciones. No he podido hacer amistad con él porque es un caballo chúcaro. Pero como le informé hace tres días, ya conozco el nido donde vive el pajarito.
Aquí es donde quiero contarle un suceso extraño. Íbamos bajando por la primera calle del centro, después de pasarle dejando unos Belmond a los tres Halcones que tenemos apostados en el parque central. Como a unos 50 metros antes de llegar al semáforo de la primera calle y la primera avenida vimos a un individuo cruzando por la mera línea del tren. Caminaba despacio y medio encorvado. Al instante pensé que podría ser uno de los pollitos de MZ zarandeado por los antimotines, quizá habría escapado y aprovechaba la oscuridad para salir del escondite. Al estar cerca lo requerimos, pero siguió caminando. Le juro que en la espalda llevaba pegado un bulto redondo. Me baje de la móvil. Lo volvía a requerir y al mismo tiempo lo encañoné. Siguió caminando como si hablara con el culo de él. Por última vez le advertí: “Si no te parás ahora mismo te mato, cabrón”. Se me calentó la sangre porque no se detuvo y solo me acordé de sus palabras: “Sospechoso que se subordine en las horas del toque de queda se le aplica la ley del plomo”. Así que le dejé ir tres plomazos. Cuando me acerqué todavía respiraba y le pregunté el nombre: Gregorio –dijo que se llamaba y blanqueó los ojos. Entonces lo subimos al carro para irlo a tirar allá por el estadio Olímpico. Llegamos al sitio y nos dispusimos a bajar el cuerpo, pero cuando alumbramos la paila del carro lo único que había era un montón de cucarachas y una manzana. Salimos azorados hasta el pavimento y llamamos al Venado para que nos recogiera. Aunque tengo los güevos bien puestos para jalar el gatillo y matar a cualquiera, usted sabe que le tengo miedo a los espantos. Por eso le solicito autorización para usar otra móvil a partir de este día.
Siempre con el deseo de ser útil a mi Patria, le estaré comunicando mis movimientos en las próximas horas.
OJG.
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1 comentario:

XatruchMorazán dijo...

Tremenda crónica, ya me suena al capitán aquél, el idiota que escribe crónicas y se cree un Dios literato (alias EL CAPITÁN), pero ojo, que nomás lo digo por el personaje de la narración, no por el autor.

Me parece una estupenda historia, breve y concisa.

Pero ahora me gustaría participar también y que me dijeran a quién debo dirigir mi escrito, ya que lo tengo casi listo.

Felicidades hermanos del blog, ahora retomamos la tónica literaria de antes, aunque siempre con una tilde sociopolítica, pero igual, esto es arte y amamos el arte.

Gracias.