Tobias Wolff- JON URIARTE/El País
Del escritor norteamericano Tobias Wolff (Alabama, 1945) nos llega recientemente Aquí empieza nuestra historia (Alfaguara), un libro que reúne 30 de sus mejores cuentos. Wolff es de los que nunca paran de corregir sus textos, aunque estos hayan sido publicados una o varias veces, según este reportaje de la última edición de Babelia:
El nuevo libro arranca con una confesión en el prólogo: Wolff ha retocado sus viejos relatos, y lo ha hecho porque como autor considera que ese material sigue vivo. Fue otro Wolff quien los escribió, admite, pero el de ahora se siente con pleno derecho a meter mano, en beneficio del lector. "No he cambiado el argumento. La mayor parte de los cambios han sido de lenguaje, de precisión, de depuración. Si puedes prescindir de algo, ¿por qué no quitarlo? Los cambios cosméticos son importantes. A veces estás dentro y no lo ves. Ése ha sido el problema que he tenido cuando he escrito algunas historias", dice sentado en el sofá. Sus argumentos resultan convincentes. Wolff sabe cómo persuadir a sus interlocutores con sus razones sensatas. Inspira confianza con su aire tranquilo y cercano. Evita cualquier demostración banal de ego. "Estoy en un constante estado de revisión y edición. Y las historias nunca llegan a un punto en el que están cerradas, nunca llega un momento en que esto para. Porque vamos cambiando", aclara.
Y para que no le ocurra lo que a Bolaño o a su amigo Raymond Carver, dice que ya ha tomado sus precauciones:
"Ya he dejado dicho que cuando muera, por favor, que no me toquen los papeles. No quiero que la gente sepa. Entiendo que no es una actitud generosa hacia escritores futuros pero los borradores son asunto mío", añade con una sonrisa. Para evitar tentaciones futuras a sus deudos, dice que ya ha comenzado a destruirlos.
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