Q vergones los limericks! Los leí por primera vez hace algunos años en una Oxford Anthology of English Literature. No conocía estas traducciones; están muy buenas, Gustavo. Nada como el original inglés
There was an Old Person of Cromer, Who stood on one leg to read Homer; When he found he grew stiff, He jumped over the cliff, Which concluded that Person of Cromer.
Algunos de estos personajes de Lear hacen reír, pero al mismo tiempo como que causan algo de miedo, no? Son increíblemente solipsistas todos ellos, embebidos en sí mismos, metidos en sus extrañas empresas, como el señor de Cromero, que debía, por fuerza, leer a Homero parado en un pie. Son tan necios como la gente que en nuestro país se cree todo lo que le recetan los noticieros. Es la magia de Lear, creo, que puede ser divertido, original y caprichoso, pero si miramos ahí debajo como que asoma sus garras una bestia oscura.
Esto lo opinaba Perinola desde su posición de poeta. Haciendo versos desde la infancia, había descubierto que no querían decir nada; y viviendo había descubierto que el lenguaje servía para decir cosas. Había una incompatibilidad, que era lo que lo había comprometido con la poesía. Porque la poesía, al no querer decir nada con el instrumento que servía para decir cosas, decía algo, que era a la vez algo y nada. Amaba ese enigma, pero estaba convencido de que no podía durar. Era demasiado extravagante. Eso se la hacía más preciosa. Efímera, la poesía era una flor rara que se había abierto por casualidad, y el milagro había querido que se abriera justo cuando él vivía. En el futuro, una humanidad más razonable haría buen uso de la prosa. Parménides. César Aira.
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Q vergones los limericks! Los leí por primera vez hace algunos años en una Oxford Anthology of English Literature. No conocía estas traducciones; están muy buenas, Gustavo. Nada como el original inglés
There was an Old Person of Cromer,
Who stood on one leg to read Homer;
When he found he grew stiff,
He jumped over the cliff,
Which concluded that Person of Cromer.
Algunos de estos personajes de Lear hacen reír, pero al mismo tiempo como que causan algo de miedo, no? Son increíblemente solipsistas todos ellos, embebidos en sí mismos, metidos en sus extrañas empresas, como el señor de Cromero, que debía, por fuerza, leer a Homero parado en un pie. Son tan necios como la gente que en nuestro país se cree todo lo que le recetan los noticieros. Es la magia de Lear, creo, que puede ser divertido, original y caprichoso, pero si miramos ahí debajo como que asoma sus garras una bestia oscura.
-Dennis
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