La primera vez -y última- que asistí a una caravana política tenía 13 años de edad. Mi madre, nacionalista por herencia, era una de las miles de mujeres hipnotizadas por la palabra del licenciado Rafael Leonardo Callejas (a quien este año le entregaron 16 cartas de libertad definitivas que confirman su honestidad). Recuerdo las banderas con la estrella solitaria que ondeábamos subidos en la paila de un pick up Toyota 1000. Cinco años después llegó el tiempo para ejercer el sufragio. Sin conocimientos amplios -aunque aún ahora tengo muchos vacíos- acerca de la historia política de Honduras, decidí no votar por ningún candidato: Ni Carlos Roberto Reina, y menos Oswaldo Ramos Soto. Luego subieron al trono presidencial Carlos Roberto Flores, Ricardo Maduro y Manuel Zelaya. Ninguno despertó mi interés y me sumé a los miles de hondureños que ya no se tragan el gastado discurso de combate a la pobreza, apoyo a la educación, combate a la corrupción o gobierno para los pobres.
¿Por qué dar mi voto para legitimar las falacias de quienes adquirieron astucia política desde alguna dependencia del Estado? ¿No tengo acaso derecho de elegir no elegir este 29 de noviembre? Muchos se llenan la boca diciendo que elegir es un derecho constitucional. Falso: nos obligar a creer eso. Los hondureños van a las urnas para legitimar al candidato que los grupos de poder "bendicen". No elegimos, legitimamos la voluntad de quienes en realidad tienen el poder para poner y quitar presidentes. De nuevo me rehuso a participar en las elecciones. "Cambio Ya", dice Pepe Lobo. Pepe no merece nuestro voto. "El cambio para vivir mejor", proclama Elvin Santos; tampoco merece nuestro voto. El "Obama" Catracho -qué manía la de buscarle a todo personaje famoso su contraparte catracha- deja mal parada a la cultura garífuna; tampoco merece que desperdiciemos un domingo para darle el voto. "Del pueblo al poder", asegura Felícito Ávila del Partido Demócrata Cristiano de Honduras. Basta con echarnos a reír y no votar por el partido verde que nunca alcanzó madurez. ¿Y César Ham? Pues mucho ruido y pocas nueces. ¿Y Carlos H. Reyes? Ha hecho historia al lograr una candidatura independiente. Aunque tampoco le daré el voto, porque se retiró del proceso electoral.
¿Qué opciones tenemos entonces quienes descreemos del tradicionalismo político de estas Honduras? Pues no votar para demostrar que somos más los ausentes que aquellos "ilusos" o "engañados" que todavía creen que eligen y que los presidentes dependen de su voto. Aunque quizá he votado sin darme cuenta. ¿Si en elecciones pasadas han ejercido el sufragio los muertos, porque no han de obligar a votar a quienes no asisten a su centro de votación? En estas Honduras todo es posible. Si acaso cambiara -aunque sé que no pasará- no podría ya ejercer el sufragio pues no cambié mi domicilio de votación y tendría que movilizarme a Tegucigalpa.
¿Que soy zelayista? ¿Nángara? ¿Comunista? Nada de eso. Solo un lector con algo de sentido común y apatía por marcar bajo un rostro hipócrita y mancharme el dedo por "amor y respeto a la democracia". ¿Serán éstas las elecciones más votadas? Si los organizadores del teatro electoral quieren sí, aunque la gran mayoría nos quedemos viendo la tv o durmiento el próximo 29 de noviembre. ¿Votar para salvar a Honduras? Otra falacia. El futuro de estas Honduras es sombrío. Los tentáculos de las vacas sagradas que heredan el poder a sus becerros asfixian cualquier intento por encaminar por nuevos caminos a esta patria. Su prioridad no es Honduras, sino mantener su status y defender sus haciendas (entiéndase intereses). ¿Que si no creo en la democracia? -¿Y existe, pues?
5 comentarios:
Cierto, compa. La sabiduría popular dice "voy a ir a votar por el menos peor". Nadie dice que votará por el mejor. Tal vez porque quedarían en lo mismo: en ese caso uno diría "entre todos los malos, votaré por el mejor". Hemos hecho de la resignación un arte que se parece a la estafa. Nos estafan y nos estafamos a nosotros mismos. Decimos que estamos enojados porque nos engañaron, pero no nos atrevemos a confesar que nos gusta que nos timen y que admiramos la habilidad del timador.
Votar por nadie es tu derecho. También lo es afirmar que jamas hayas visto, ni esperes ver, un candidato merecedor de tu voto. Sin embargo, el hacer consigna del no-voto, es una callejon cerrado.
En el campo táctico, el voto es una herramienta más. Puede que no te sirve ahorita, pero el despreciarlo se vuelve muy facilmente un habito adictivo. Si, negar que el voto sea el apice del movimiento. Es un campo donde nunca ganaremos más que el mas jodido de las victorias, pero hay que luchar, por que las derrotas allí pueden ser muy fuertes. Y no te mientes diciendo que si dejas el campo, no te puedan derrotar allí. Yo, como un gringo sin ilusiones que Clinton, Nader, Gore, Obama, sean en ningun momento de mi banda ni "merecedores" de mi voto, reconozco el daño más allá de ellos que puede hacer un Bush. Lo mismo puedo decir de un Calderon, un Perez Molina, un Avila, un Lobos, y etcetera hacia el sur...
Y en el campo estratégico, tambien el voto es importante. Se trata de organizar. Para organizar, hay que tener una digna rabia y una esperanza. La esperanza es poder popular, o es tiranía. Y si la esperanza es poder popular, el votar - por nadie, por Zapata o Morazan, por el o la que nunca ganará, o por el menos peor, pero votar - es una buena disciplina para recordar que estamos luchando para tener una mayoría, y es no dejar el campo de la hegemonía al otro.
En Honduras, el dado ya está tirado. Hay un boicot, y no puedo hacer nada aunque lo crea estupido. Solo quiero preguntar: a donde quieres llegar con "vota por nadie"? Crees que es mejor este lugar que el lugar de lucha digna, sin dejarse cooptar por los pinches partidistas, pero que demuestra lo fársico de los golpistas votando forzandoles a tomar medidas cada vez mas ridículos para perpetrar su fraude, en vez de dejar el fraude hecho para ellos?
Un gobierno ilegal convoca elecciones: las elecciones son ilegales: votar es ilegal.
Advertencia: absténganse de leerlo los cobardes. Texto peligroso para la sensibilidad y delicadeza del autor de este post. Censúrese de inmediato si la crítica le produce escozor en los ojos, confusión, dificultad para distinguir la realidad, dolor de estomago, irritabilidad, depresión, falta de sueño, disfunción eréctil, estreñimiento, sensación de inferioridad o paranoia. El autor de este comentario no se hace responsable por cualquier daño psicológico que pueda provocar este texto. Sugerimos la ingesta de cualquier antidepresivo y/o calmante antes de proceder a la lectura.
Estimado escribidor, su articulo me parece una especie de “striptease intelectual “, en que se va desnudando palabra a palabra el nihilismo que gira en torno a su mente, el discurso disperso y atolondrado que propone la salida mas fácil: la nada. Simplemente mantenerse al margen y seguir viviendo su cómoda vida, seguir con sus lecturas light, jugar al “intelectual”, seguir con los discursos alambicados de cafetín, esgrimir largas y exaltadas conversaciones con sus secuaces literarios sobre el “Golpe” al calor de las cervezas. Le aconsejo sea sustancioso en sus artículos, demuestre una lógica coherente que refleje las lecturas necesarias para explayarse sobre determinado tema, sino mi muy estimado escribidor corre el riesgo de convertirse en uno de esos payasos literarios que tanto abundan en Honduras. Permítame decirle que arriesgándose de esa manera, tomando palabras en el aire o del fondo de una botella del peor “guaro” y posteriormente uniéndolas en una especie de experimento dadaísta, me temo informarle, y si desinteresadamente que sus “artículos” no son mas que una bufonada rimbombante de muchas piruetas y anécdotas (que demonios me importa a mi o a cualquiera su infancia Kafkiana) que al final no dice nada.
Pobre Ulises... siempre empeñado en llamar la atención y ser el centro de TODO. Para qué una advertencia a un comentario que en definitiva produce risa (carcajada incluida) y no la anunciada ingesta de cualquier antidepresivo. Alimañas como las que hoy aspiran a la presidencia de Honduras no merecen mi respeto ni mi voto. ¿Vida cómoda? Jaja! Vida cómoda es la de los "candichatos" y la del hato político de estas honduras, quienes merecen con creces mi desprecio y la negativa para avalar su gastado discurso.
Llama la atención que todos los efectos que supuestamente generará el comentario de Ulises, son los mismos que producen los antidepresivos... Parece partir desde su experiencia personal y luego asumir el papel de boticario. Poor Ulises! Toma tu antidepresivo y duerme... descansa... mañana comentarás...
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