Roy Batty en la escena comentada de Blade Runner. Fuente: astronomsableng.wordpress.com
Por Giovanni Rodríguez
“Todos esos momentos se perderán en el tiempo como lágrimas en la lluvia”. Lo dice Roy (interpretado magistralmente por el actor Rutger Hauer), el último de los replicantes de la generación Nexus-6 en una de las escenas finales de Blade Runner, la película de Ridley Scott estrenada en 1982.
La que acabo de ver, en casa de Carlos e Isabel, dos buenos amigos colombianos, mientras tomábamos vino y comíamos queso, jamón y aceitunas, es la versión definitiva de la película, el “Montaje Final” de 2007, que coincidió con el 25 aniversario de su estreno. Según me parece, esta versión es más corta que la anterior que había visto, la aprobada por el director en 1992 y durante mucho tiempo la más comentada ya que contenía algunas imágenes adicionales suprimidas en las versiones anteriores. En total, se han hecho siete versiones de la película pues ha tenido que sortear muchas veces el pedregoso camino de la censura.
Las palabras de Roy están dirigidas a Rick Deckard (Harrison Ford), el policía encargado de “retirarlo” y que fracasa en su propósito pues es Roy quien está a punto de “retirarlo a él”, aunque al final le salva la vida, en una escena que revierte un poco nuestra idea de quiénes son "los buenos" y quiénes "los malos" en la película.
En la versión de 1992, Deckard trata de responder a esta pregunta diciendo: "No sé por qué me salvó la vida. Quizá en esos últimos momentos amaba la vida más de lo que la había amado nunca, no sólo su vida, la vida de todos, mi vida. Todo lo que él quería eran las mismas respuestas que todos buscamos: ¿de dónde vengo?, ¿adónde voy?, ¿cuánto tiempo me queda? Todo lo que yo podía hacer era sentarme allí y verle morir".
La primera vez que vi la película, esa frase del replicante Roy me quedó grabada en la memoria, y pensé que seguramente correspondía a uno de los momentos líricos de la novela de ciencia ficción ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?, de Philip K. Dick, en la que se basa el filme, pero después, buceando por ese océano que es Google, me entero de que la frase es ocurrencia del actor Rutger Hauer, pura improvisación afortunada en el momento del rodaje de la escena.
“Excelente película, ¿verdad?”, les digo a Carlos e Isabel cuando empiezan a aparecer los créditos en la pantalla, y Carlos, que estudia cine en Barcelona, me responde: “Eso no se dice, parce, no joda, esa es una obra maestra”, y entonces reímos los tres y tomamos un poquito más de nuestras copas y brindamos tácitamente por Blade Runner cuando Isabel dice: “Que estos momentos no se pierdan en el tiempo como el vino en la boca”, y seguimos riendo, no sé si ebrios por el vino o por lo que una película como esa le deja a uno en el pecho.
Me gustaría ver también la primera versión de Blade Runner, enterarme de si había en ella algunas escenas que no han vuelto a utilizarse en las versiones posteriores, momentos que quizá se hayan perdido en estos veintisiete años como si fueren lágrimas en la lluvia, pero supongo que es difícil conseguirla. De todas maneras, ya tengo este “Montaje Final” y puedo sentarme en casa, frente a la pantalla del televisor, cada vez que quiera ver a Roy después de decir frente a Deckard que ha llegado su hora de morir.
3 comentarios:
Son casi dos años desde que Dennis Arita me regaló la película, ya la había visto en inglés. La versión que me obsequió está doblada al español (de España !ouch! horrible) desde entonces la sigo viendo. La he visto, la hemos visto con mi novia, la hemos comentado, nos hemos quedado taciturmos sobre la cama viendo contra nuestra voluntad ver morir a Roy, más nada pasará, sólo ese replicante que yace amando más la vida que los humanos.
Algo es algo, Mesoletras!!
Dennis
Desde luego, en la distancia y al Pynchon hondureño, D. A. muchas gracias!
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