Por Dennis Arita
La Fiesta del Chivo. Mario Vargas Llosa. Alfaguara, Madrid. 518 páginas
Las mejores páginas de la novela La Fiesta del Chivo (2000) son las que registran con prosa clínica el destino de cada uno de los conjurados que en 1961 le dieron muerte a balazo limpio al general Rafael Leónidas Trujillo, dictador que durante 30 años dominó la voluntad y la vida de los habitantes de la República Dominicana. Son alrededor de 200 páginas que justifican la lectura del texto de Vargas Llosa porque elevan a la altura de la tragedia el material de crónica roja, chorreante de sangre, vómitos y carnicería, con que antes ya ha trabajado el peruano. Los siete o diez complotistas que participan directamente en el asesinato caen uno tras otro bajo la rabia vengadora de Ramfis Trujillo, "el bello" hijo del tirano, y los lectores somos testigos de su angustiosa espera de la muerte, del miedo, de las vueltas irónicas del destino que los lleva de un refugio a otro para acabar en manos de los delatores. Como en todas sus novelas, en este libro Vargas Llosa usa la técnica del contrapunto y entreteje varias historias. En Conversación en La Catedral (1969) ese método de trabajo es eficaz porque todos los relatos son interesantes, pero en La Fiesta del Chivo por desgracia no es así. Ninguna de las otras dos grandes líneas argumentales, el regreso de Urania Cabral a la isla para remover antiguas heridas y el último día de vida del propio tirano Trujillo, son tan llamativas como el trepidante policial que Vargas Llosa nos regala en la historia de los conspiradores antitrujillistas.
1 comentario:
Creo que es una de las mejores novelas de Vargas Llosa, a la altura de otros títulos más celebrados y, aunque parece estar de moda, menospreciar su decaido talento de escritor, creo que este libro es una pruba de que aún puede escribir de manera brillante.
Un saludo.
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