Viñeta de Las aventuras del buen soldado Svejk, de Jaroslav Hasek, firmada por el dibujante Josef Lada (1887-1957), ilustrador de la edición original.
Ambos nacieron en 1883 y murieron con un año de diferencia por causa de la misma enfermedad: tuberculosis. Vivían en Praga y eran escritores. Ambos recelaban profundamente de ese Estado moderno hiperburocratizado que se encarnaba en el Imperio austrohúngaro. ¿Una coincidencia más? Los nombres de ambos dieron origen a un vocablo. Bien. Se trata de Kafka (1883-1924) y de Jaroslav Hasek (1883-1923). El adjetivo "kafkiano" todo mundo lo conoce, pero el verbo "sveiquear" no tanto, y viene del personaje Svejk de la primera novela de Hasek traducida al español: Las aventuras del buen soldado Svejk (Galaxia Gutenberg). Veamos un rápido perfil tanto del personaje como del autor:
El bonachón recluta Svejk, vendedor de perros e impermeable al desánimo, es en cierto modo un trasunto del propio Hasek, según opina la traductora. "Los dos trabajaron vendiendo perros, entre otras ocupaciones y fueron voluntarios a la Primera Guerra Mundial". Eso sí, Hasek sí que llegó a combatir en el frente, donde contrajo la tuberculosis. La revolución bolchevique lo sorprendió en Rusia, donde residió un tiempo y se casó por segunda vez, mientras seguía unido a su primera mujer, Jarmila, que vivía en Praga. Hasek era un bohemio a quien "a menudo había que sacar a la fuerza de las tabernas", dice su traductora Monika Zgustova.
"Le gustaba tomarle el pelo a todo el mundo", añade Zgustova. El autor compaginaba la creación literaria con la colaboración en una revista zoológica en la que se inventaba animales fantásticos e incluso su genealogía. Evidentemente, en cuanto fue descubierto, lo despidieron. Su irrefrenable vocación para la broma quedó fijada en el idioma. Como su ilustre conciudadano kafkiano, Hasek también ha dado lugar a un vocablo. "En checo, sveiquear es charlatanear con el ánimo de embaucar a alguien", explica Zgustova. "Cuando se dice: no sveiquees, significa: no te enrolles tratándome como si fuera imbécil".
El resto de la nota pueden leerla en la sección Cultura del diario El País, bajo el título "Svejk, el reverso charlatán de Kafka", con un click ahí atrás, o si no, aquí.
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